Joseba VIVANCO

Nueve partidos para resarcirse

Ander Iturraspe, con muchas expectativas a principios de curso, lleva camino de firmar otra temporada más sin redondear.

«Estamos muy ilusionados con Ander este año». Las palabras de confianza para el vizcaino eran de Kuko Ziganda, allá a finales de julio pasado, justo después de que saliera lesionado de un amistoso disputado en Sarriena. Mucho ha llovido desde entonces, literalmente, y la que su técnico y, sobre todo, el propio futbolista, se esperaba que fuera la temporada del ‘8’ rojiblanco, lleva camino de ser una más en la irregular trayectoria del de Matiena, víctima de las lesiones este curso y cuando no de su propia falta de perseverancia para hacerse con el puesto en el momento en el que tiene la oportunidad de ganárselo. Como le ha vuelto a suceder esta campaña. «He estado en la línea del equipo», asumía ayer en sala de prensa en Lezama, muy serio y parco en palabras. «Está siendo una temporada irregular para nosotros, complicada y quiero terminarla de la mejor manera posible; tenemos nueve partidos, suficientes para hacer las cosas bien», reflexionaba.

Iturraspe es, quizá, el jugador de la primera plantilla que más debates es capaz de suscitar sobre su fútbol, su trayectoria y su peso en el equipo. Y a la vez es de esos futbolistas que el grupo nota directamente si ese día sobre el césped está o no fino. No tiene término medio. Hasta sus detractores es como si esperasen que el centrocampista les tape la boca cada vez que firma un par de actuaciones de nivel de manera consecutiva. ¿Será esta vez la que veamos a un gran ‘Itu’ durante un tiempo prolongado? La pregunta volvió a sobrevolar a la afición cuando San José perdió la titularidad y Ander irrumpió con fuerza y expectativas. Pero, de nuevo, hoy, ha vuelto al banquillo y el navarro al campo.

A finales del pasado año Iturraspe respondía con un tajante «sí» a la pregunta de si Ziganda confiaba en él. «En esto hay un cambio. El entrenador anterior tenía más confianza en otros compañeros. Supongo que es normal que cada uno tenga sus preferencias», aclaraba. En Liga suma esta campaña 1.435 minutos, a pesar de que antes de empezar la competición cayó lesionado para mes y medio. La pasada fueron 1.155, en la anterior solo 698, en la precedente 1.813, y en la primera con Ernesto Valverde 2.707. «Las últimas temporadas no fueron agradables para mí, entre que no jugaba o lo hacía menos que otros, las lesiones que tuve y el nivel que di. Estamos en otro año y creo que va a ser muy distinto», confiaba en noviembre. «Me estoy sintiendo cada vez mejor y estoy convencido de que voy a seguir mejorando», insistía.

«La motivación es máxima»

Sin embargo, y a pesar de esa confianza del entrenador y de los minutos dispuestos, no parece que Iturraspe se sienta satisfecho. Dos titularidades en las últimas seis jornadas –ante el Las Palmas y en Sevilla, donde fue cambiado en el descanso–, después de que en la seis precedentes había sido titular, se antoja una expresión más de esa irregularidad que le persigue. Él sostiene cuando se le cuestiona que por su carácter y forma de ser no le afectan esas críticas que sabe que existen. Ahora, como todos sus compañeros, tiene nueve jornadas, una ‘miniliga’ para resarcirse de una temporada que no está dejando satisfecho a nadie. «En pocas ocasiones hemos jugado este año a nuestro nivel, hemos dejado de ser competitivos en más ocasiones de las que quisiéranos. Ahora tenemos esa ilusión por acercarnos a eso mismo, por tratar de acabar bien», mostraba su deseo para lo que resta.

Iturraspe no quiere hablar de «final» ante el Celta, pero sí ve imprescindible ganar si se quiere mantener con aliento el último mensaje de la plantilla, el de que se confíe en ellos para hacer un buen final de etapa. «La motivación es máxima. Llevamos tiempo diciendo que tenemos que mejorar y la motivación es que estos nueve partidos seamos mejores de lo que hemos sido hasta ahora. Tenemos el reto de a ver hasta dónde podemos llegar. Empezando por este partido» ante los celtiñas.

Nueve encuentros para que no quede todo en papel mojado, cinco de ellos en casa. «Tenemos la espina clavada de San Mamés», reconocía el vizcaino. Y si el Athletic alberga remotas posibilidades de acabar séptimo, eso pasa porque no se escape ni un solo punto de aquí.

 

Suena Tuchel... para el Arsenal ayer, el PSG hoy...

Con el final de curso del Athletic pendiente de lo que haga ante el Celta, confirmado que las elecciones en el club no serán hasta 2019, no quedan más chascarrillos que elucubrar sobre el próximo inquilino del banquillo rojiblanco. Hay quien da por hecho a Asier Garitano, incluso por dos temporadas. José Luis Mendilibar es otro de los que va a quedar libre en verano, aunque parece que su destino pueda estar en Anoeta. Así las cosas, vuelve a salir a la palestra Eduardo Berizzo, ahora libre, como ya sucedió el año pasado; incluso se ha nombrado a Luis Enrique, al que no le faltan novias de primera línea en el concierto europeo. Pero quien más llama la atención es el alemán Thomas Tuchel, sin equipo, por quien apostaba la dirección deportiva del club en lugar de Ziganda. Su nombre ha surgido estos días, sobre todo cuando la biblia deportiva alemana ‘‘Bild’’ dio por hecho que no entrenará al Bayern de Munich con el que se le vinculaba, ‘‘Kicker’’ lo colocaba casi seguro en el Arsenal y ayer ‘‘Süddeutsche Zeitung’’, bien informado, descartaba «definitivamente» a los Gunners. ‘‘Bild’’ lo sitúa ahora en el PSG.J.V.