naiz
Bilbo

Los agentes sostienen que Leire Rodríguez estaba todavía viva cuando su exmarido la atropelló

Durante la tercera sesión de este juicio con jurado, que se celebra en la Audiencia de Bizkaia, han comparecido más de una veintena de agentes de la Policía Municipal y de la Ertzaintza que participaron en diferentes ámbitos de la investigación de este crimen. Han mantenido que Leire Rodríguez podría estar aún viva cuando su exmarido la atropelló, según el resultado de las investigaciones.

Imagen de la primera sesión del juicio contra Jorge Mateos por la muerte de Leire Rodríguez. (Luis JAUREGIALTZO / FOKU)
Imagen de la primera sesión del juicio contra Jorge Mateos por la muerte de Leire Rodríguez. (Luis JAUREGIALTZO / FOKU)

Los agentes que han declarado hoy en el juicio contra Jorge Mateos Prado, acusado de matar a su exmujer, Leire Rodríguez, en agosto de 2015, han mantenido que la mujer podría estar aún viva cuando su exmarido la atropelló, según el resultado de las investigaciones.

El acusado, por el contrario, sostuvo en su declaración que la muerte fue «accidental» durante una discusión en el domicilio de la víctima, en el barrio de La Peña, y que decidió atropellarla posteriormente porque pensó que nadie le creería.

La Fiscalía y las acusaciones consideran, por su parte, que le golpeó al menos en seis ocasiones contra el escalón que había en el baño de la vivienda, y que una vez que la víctima estuvo inconsciente la trasladó a una carretera del barrio, ubicada en una zona oscura y sin alumbrado público, y la arrolló varias veces con un coche hasta matarla.

Durante la tercera sesión de este juicio con jurado, que se celebra en la Audiencia de Bizkaia, han comparecido más de una veintena de agentes de la Policía Municipal y de la Ertzaintza que participaron en diferentes ámbitos de la investigación de este crimen.

Según han afirmado varios integrantes de la guardia urbana que acudieron en su día al lugar del atropello, desde el primer momento tuvieron dudas de que se tratara de un atropello normal, ya que había «muchos elementos que no casaban», entre ellos que «parecía que el cadáver se había depositado allí».

Han relatado que el acusado cambió hasta cuatro veces de versión, «según se enteraba de los avances en la investigación» y que en «ningún momento» colaboró para aclarar los hechos, sino que, por el contrario, «su intención era ocultar».

Mateos Prado se mantuvo así hasta que el 18 de agosto, once días después de la muerte de su exesposa, con la que tenía dos hijos de 2 y 6 años de edad, se intentó suicidar arrojándose a las vías del tren, aunque no lo consiguió y desde entonces permanece en silla de ruedas. A partir de ese momento, todas las sospechas recayeron en él.

Agentes de la Ertzaintza, por su parte, han relatado que durante la inspección del domicilio de la mujer rociaron el piso con un reactivo a la sangre y únicamente dio positivo en el baño, el pasillo y la puerta de entrada. El acusado declaró, en cambio, que la discusión con la víctima se produjo en un primer momento en la cocina, donde su exesposa se dio un golpe en la cabeza con la encimera y sangró.

En la sesión de mañana se practicarán las pruebas forenses, entre ellas el análisis de los resultados de la autopsia de cadáver.