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DAMASCO

La bandera del Gobierno sirio ondea ya sobre la rebelde Duma

La bandera del Gobierno sirio ondea ya sobre la ciudad de Duma, a la vez que cientos de combatientes insurgentes entregaban sus armas pesadas y, junto a sus familias, abandonaban el último reducto rebelde junto a Damasco, lo que supone el control total de la región de Ghuta Oriental y una victoria clave para Bashar al-Assad.

La entrega de las armas de la facción salafista que controlaba la última ciudad en manos insurgentes en Ghuta Oriental y la salida de sus combatientes, marca una importante victoria del Gobierno sirio y pone fin a una de las más sangrientas ofensivas en la guerra de Siria.

El Ejército ruso, aliado clave de Damasco, anunció en Moscú que la bandera siria ondeaba ya en Duma y la toma de la totalidad de Ghuta Oriental, región vecina a la capital. El ministerio de Defensa añadió que unidades de la policía militar rusa «son garantes de la ley y el orden en la localidad».

Jaish al-Islam aceptó finalmente el acuerdo de evacuación negociado con Moscú, días después de que lo hicieran el resto de grupos presentes en la zona, ante la lluvia de bombardeos llevada a cabo por el Ejército sirio.

El opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos confirmó la entrega de sus armas pesadas y que «la mayor parte de los altos mandos de Jaish al-Islam, incluido su líder, Issam Buwaydani, han dejado Duma» para dirigirse a otros territorios bajo control rebelde.

Los combatientes y sus familias continuaron ayer abandonando la ciudad de Duma. 80 autobuses esperaban en la periferia de Damasco después de que 30 ya hubieran comenzado la evacuación. El régimen sirio puso a principios de año a Ghuta como su prioridad, un bastión rebelde desde donde los insurgentes lanzaban obuses al mismo Damasco.

Su control le permite ahora centrar sus fuerzas en otros frentes, como la provincia de Idleb, Deraa o el campo de refugiados palestinos de Yarmuk, en manos del ISIS. Según Bouthaina Shaaban, asesora del Al-Assad, la victoria en Ghuta «envía un mensaje al mundo entero de que el Ejército sirio y sus aliados pueden liberar cada parcela del territorio sirio». La ofensiva ha provocado la muerte de más de 1.700 personas y una gran devastación en meses de asedio. Según los militares rusos, más de 160.000 personas han salido ya de Ghuta. Yasser Delwane, un mando de Jaish al-Islam, afirmó que «fue el ataque químico el que nos empujó a aceptar la evacuación».

EEUU y las potencias occidentales acusan al régimen de Bashar al-Assad de haber lanzado un ataque con gas cloro que provocó más de 40 muertos y cientos de afectados.

El objetivo habría sido sembrar el terror para evitar una largo y costoso combate, y habría forzado la rendición de los últimos rebeldes. Sin embargo, para Damasco, Moscú y Teherán, el Ejército sirio, no tenía necesidad de un ataque de ese tipo cuando ya controlaba el 95% de Ghuta, y sería un pretexto para un ataque extranjero.

La Organización para la Prohibición de Armas Químicas confirmó que su equipo, que comenzó a llegar ayer a Siria, comenzará mañana su misión de verificar si hubo o no utilización de sustancias químicas.

 

Trump juega con la ambigüedad en Siria

Donald Trump, que el miércoles sugirió un ataque inminente y amenazaba con «nuevos misiles», moderó el tono ayer: « nunca dije cuándo tendría lugar un ataque contra Siria. ¡Podría ser muy pronto o no tan pronto!». La primera ministra británica, Theresa May y el presidente francés, Emmanuel Macron coincidieron en que el presunto ataque de Duma «no puede quedar sin respuesta». Macron aseguró contar con pruebas del ataque y de la responsabilidad de Damasco, pero dijo que «tomaremos las decisiones cuando lo creamos más útil y eficaz». También el secretario de Defensa de EEUU, Jim Mattis, calificó el uso de armas químicas como «sencillamente inexcusable», pero reconoció que aún se están «buscando las pruebas». Por su parte, Moscú advirtió sobre «las consecuencias posibles de tales acusaciones, amenazas y acciones planificadas»GARA