En su voto particular al preámbulo del Nuevo Estatus apoyado por el PNV y EH Bildu, la coalición Elkarrekin Podemos, que en un principio aprobó este mismo texto, cree que es «maximalista» y que renuncia «a conciliar las diferencias entre los diferentes proyectos», y profundiza en «una voluntad de hacer irreconciliable la diferencia».
Elkarrekin Podemos muestra «voluntad real de llegar a acuerdos y de mover posiciones de partida en aras a lograrlo», pero recuerda que «ese acuerdo tiene unas características que son literalmente las que se aprobaron cuando se constituyó esta ponencia», con el apoyo de PNV, PSE y el suyo, y la abstención de EH Bildu.
En su opinión, «estos acuerdos previos no se reflejan en el texto que ha sido presentado por PNV». En este sentido, apunta entre las cuestiones que les dividen «la priorización de lo identitario y territorial», y pone de manifiesto «la descompensación de la propuesta de preámbulo presentada por el PNV», que dedica 23 puntos, «una vez descontados los antecedentes históricos, a hablar de cuestiones territoriales e identitarias frente a nueve que abordan cuestiones de índole social».
«Se habla hasta en nueve ocasiones de derechos históricos, se hacen once alusiones al 'pueblo vasco', mientras sólo cita cinco veces a la 'ciudadanía vasca' o solo cita en una ocasión el término 'Euskadi', nuestra actual denominación como Comunidad, frente a las cuatro en que se cita Euskal Herria», añade.
A su entender, «la orientación que se da a lo identitario, más allá de responder a una concepción nacionalista del país, responde directamente a una jeltzale». «En este marco es difícil que nos encontremos grupos diversos con proyectos plurales de país», advierte.
Elkarrekin Podemos cree que el texto «se conforma una visión de parte incluso en los antecedentes históricos que se enumeran». «El hecho de eliminar que el Estatuto de 1936 alumbró las primeras instituciones comunes a Bizkaia, Gizpuzkoa o Araba es inexplicable. Como lo es que cuando se habla del incumplimiento del actual Estatuto, se obvien las responsabilidades del propio nacionalismo gobernante al aceptar durante décadas que el cumplimiento de esa Ley quedase condicionada a pactos de otra naturaleza como investiduras de presidentes o acuerdos presupuestarios en Madrid», añade.
Crítica a una «rebaja de contenidos sociales»
El grupo considera, asimismo, que el documento del PNV «rebaja los contenidos sociales y de igualdad y limita el Estatuto a una mera declaración de intenciones». En todo caso, estima que, tal como está redactado el documento, «la renovación del pacto social sería directamente una regresión en toda regla». También afirma que «no refleja de forma central y transversal el compromiso de la sociedad y las instituciones vascas con la igualdad real y efectiva de mujeres y hombres, y con la construcción de una sociedad libre de violencia hacia las mujeres».
Asimismo, incide en que «la cuestión de fondo está en la falta de coherencia entre afirmar que se debe respetar el actual marco jurídico y, a su vez hacer un planteamiento que lo desborda completamente», donde critica que se sustituya el término 'Estatuto' por el de 'estatus'.
Margen para el acuerdo
Pese a estas diferencias, Elkarrekin Podemos afirma que «existe un margen sustancioso» para «un acuerdo que sirva para toda una generación de vascos». En esta línea, aboga por «una definición inclusiva de Euskadi que ponga en valor» su singularidad.
Además, considera que «acordar un Estatuto en estas claves es también una forma de ejercer el derecho a decidir, más aún cuando este acuerdo» sería ratificado por la ciudadanía a través de un referéndum. Para ello, propone que se centre «el sujeto político en la ciudadanía vasca, no en otro tipo de entidades».