De Donostia a Melilla, la indignación por la excarcelación de «La Manada» tomó las calles ayer tarde, con un foco común de denuncia: los tribunales. Hubo protestas de miles de personas ante la sede del Ministerio de Justicia español en Madrid, ante las audiencias de Valencia, Zaragoza, Granada, Cádiz, Jaén, Gijón, Lugo, Salamanca... un número incontable.
En Euskal Herria, se volvió a salir a la calle en las capitales vascas que ya se movilizaron la víspera, pero además en decenas de pequeñas localidades, prueba de la extensión del malestar por esta resolución judicial. Cronológicamente las primeras concentraciones fueron ante los juzgados de Bilbo, partiendo de la calle Buenos Aires –con carteles de ‘‘Sí es sí’’, ‘‘No a la cultura de la violación’’ o ’’Basta de Justicia patriarcal’’– hasta desembocar en el Ayuntamiento en una marcha masiva; y en el Boulevard de Donostia, donde se hizo hincapié en el lema ‘‘Ninguna agresión sexista sin respuesta’’. «Gora borroka feminista!», proclamaron con insistencia las participantes en ambas protestas.
A las 20.00, la Plaza del Ayuntamiento de Iruñea volvió a abarrotarse con miles de personas que remarcaban el ‘‘No es no’’ e incidían en el apoyo a la joven madrileña y la repulsa por la actitud de los tribunales. Se vieron carteles de ‘‘Mi vida tiene valor’’, ‘‘Jueces incompetentes, deleznables’’ o ‘‘Leyes retrógradas, obsoletas, denigrantes, absurdas y sin sentido’’. El hartazgo ciudadano ha desembocado en consignas nuevas como ‘‘Esta Justicia es una mierda’’.
A la misma hora se protestó en la Plaza de la Virgen Blanca de Gasteiz, también por segundo día consecutivo y reuniendo a miles de personas.
La respuesta saltará la muga del Bidasoa hoy con las protestas promovidas por la organización juvenil Aitzina en Baiona y Hazparne.
Ante el Ministerio español
Entre las protestas realizadas en el Estado destacó la afluencia conseguida por la de Madrid. Miles de personas señalaron directamente al Ministerio de Justicia, entre lemas de ‘‘No es abuso, es violación’’ y pancartas con mensajes como ‘‘Nos han declarado la guerra. Que la calle sea la cárcel’’.
A convocatoria de grupos feministas, ante la sede gubernamental se cantó ‘‘Que casualidad, que casualidad, que uno de ellos sea militar’’ y se gritó ‘‘Madrid será la tumba del machismo’’. Algunas declaraciones de participantes recogidas por la agencia Efe reflejan el desasosiego creado por esta excarcelación imprevista: «No los llamo ‘La Manada’ porque las manadas de animales tienen mucha mas humanidad que ellos», dijo una de las asistentes; «Por 6.000 euros, un precio de saldo, están en la calle», denunció otra; «Si ellos son ‘La Manada’, nosotras nos vamos a convertir en una jauría y no vamos a parar hasta que vuelvan a la cárcel o cambien las leyes para que una violación en masa no quede impune», añadió una tercera...
La excepción a la tónica general en el Estado español fue la concentración convocada por el movimiento feminista en Sevilla, la ciudad de la mayoría de los miembros de «La Manada». Los medios destacaron que en la capital andaluza apenas se movilizaron algunos cientos de personas.