Los astados gaditanos han protagonizado un encierro accidentado, pero básicamente por las numerosas caídas que han sufrido los mismos morlacos, ya que los toros se han mostrado menos peligrosos de lo que suele ser habitual en esta ganadería.
Como está siendo costumbre en estos encierros, los mansos han salido los primeros de los corrales del gas y han impimido un fuerte ritmo a la carrera. Cuatro de los Cebada Gago han conseguido seguir a los mansos, mientras otros tres avanzaban unos pocos metros por detrás a la hora de coronar Santo Domingo.
Al enfilar Mercaderes, dos de los últimos astados han patinado por un momento, pero han conseguido recuperarse rápido y seguir la estela del resto de la manada. Precisamente en la parte delantera, se producía uno de los momentos de más riesgo, ya que un manso ha arrollado a un corredor que, al caer en los adoquines, ha provocado que otro de los morlacos diera con sus 500 kilos en el suelo.
Los Cebada Gago han tomado sin problemas la curva de Estafeta, pero el grupo se ha ido fragmentando todavía más, de tal manera que dos astados iban en primera línea con algunos mansos, seguidos de un bravo que avanzaba solo y posteriormente, el grupo de tres con los últimos mansos.
En Telefónica se ha vuelto a dividir el grupo, ya que dos astados han tropezado y al recuperarse se han quedado mirando a los corredores, aunque, rompiendo la tradición, no se han lanzado a por ellos y han seguido su carrera hacia la plaza.
Al coso han ido llegando en un rosario de astados, ya que han entrado sueltos. Los dos primeros han pasado en solitario, seguidos de otros dos y cerrando con otros dos sueltos.
A pesar de los tropezones, han protagonizado la carrera en tan solo dos minutos y 33 segundos y sin dejar heridos por asta.