Hasta 181 altos mandos retirados del Ejércitos español han firmado un manifiesto en el que denuncian «permanentes ataques a la persona del General Franco» que creen «difícilmente compresible, salvo por su empeño visceral de revancha». El manifiesto lo firman, tal como lo detallan ellos mismos, «militares de todas las graduaciones en situación de retirados y por tanto con pleno derecho de libertad de expresión» y lo argumentan diciendo que se amparan en un Real Decreto de 2009 en el que se lee que «los miembros de las Fuerzas Armadas se sentirán herederos y depositarios de la tradición militar española».

El texto realiza una revisión histórica para ensalzar la hoja de servicios de Franco en el Ejército y acusar a la República de «provocar» la Guerra Civil en una «España agredida y asediada por el comunismo internacional aceptado y adoptado por el Frente Popular».

Creen, además, que las acusaciones contra Franco pretenden que «las nuevas y futuras generaciones ignoren y si es posible desprecien un periodo importante de su propia Historia» y que con ello se trata de «justificar un falso progreso que oculta la realidad del actual desmoronamiento territorial de la Nación». Piden, además, «terminar con la perversa pretensión de exhumar los restos de Franco».

La declaración ha sido difundida por varios medios de comunicación y también la recoge en su web la Asociación de Militares Españoles.