141 inmigrantes fueron salvados en dos operaciones distintas el pasado viernes y permanecen a bordo del Aquarius, barco gestionado conjuntamente por las organizaciones humanitarias Médicos Sin Fronteras y SOS Méditerranée, que sigue navegando aguas internacionales frente a Libia.

MSF y SOS Méditerranée han emitido este domingo un comunicado para pedir a los gobiernos europeos que «otorguen un puerto seguro lo más cercano posible, de acuerdo con el Derecho Marítimo Internacional», donde puedan desembarcar las personas rescatadas.

Las ONG han asegurado haber contactado con el Centro de Coordinación de Rescate Marítimo italiano (RCC), maltés y tunecino, así como con el Centro Conjunto de Coordinación de Rescates libio (JRCC).

A bordo del Aquarius están 25 migrantes salvados en la primera operación, de los que 16 eran hombres y nueve mujeres, una de ellas embarazada. También están los rescatados en la segunda operación, 116 migrantes que viajaban en una barcaza de los que 78 eran varones y 38 mujeres, una de ellas encinta.

Un doctor a bordo ha explicado que desde el rescate se han estudiado las condiciones médicas de los rescatados, y afirma haber detectado numerosos casos de desnutrición, con problemas derivados de la deshidratación.

Aloys Vimard, coordinador del proyecto para MSF, ha acusado a la UE de «concentrar todos sus esfuerzos en la creación de un Centro Conjunto de Coordinación de Rescates en Libia, pero lo ocurrido este viernes refleja bien su incapacidad para coordinar integralmente una operación».

Por el momento, el ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, ya ha advertido de que el Aquarius no llegará a un puerto italiano, siguiendo así su estrategia de prohibir el atraque de los barcos de las ONG con inmigrantes.

Según datos de la Organización internacional de las Migraciones (OIM), más de 171.635 inmigrantes irregulares han logrado cruzar a Europa en 2017, mientras que son 3.116 las desaparecidas en el mar.