La Real comienza la temporada en Villarreal el sábado con dudas porque Asier Garitano necesitará tiempo para conseguir implantar en la Real unas ideas radicalmente diferentes a las de Eusebio. El técnico guipuzcoano ha apostado por hacer una pretemporada distinta sin salir de Gipuzkoa y con mucho trabajo físico en Zubieta. Si con el vallisoletano la Real tenía claro el estilo de juego, el esquema y el once básico, han sido tantos los cambios de sistemas, de formas de jugar y de jugadores que es difícil acertar el once y el dibujo táctico del inicio liguero.
Además los resultados no han sido buenos, con cuatro derrotas y un empate en los últimos cinco amistosos y eso incrementa las dudas, aunque Garitano no ha buscado ganar partidos, sino probar cosas. Los fichajes han tardado en llegar y Merino se lesionó, Theo solo pudo jugar media hora del último amistoso y no se concreta aún el fichaje de un jugador ofensivo. Además Héctor Moreno y Januzaj se han incorporado tarde por su participación en el Mundial y el de Bruselas no ha llegado a estrenarse por una lesión. Si ya necesita tiempo un entrenador que implica un cambio tan importante, más si no puede trabajar con todos sus jugadores. El único once que se puede tomar como referencia para adivinar las intenciones de Asier Garitano fue el presentado en el penúltimo amistoso ante el Stuttgart formado por Rulli; Zaldua, Diego Llorente, Héctor Moreno, Kevin; Illarramendi, Zubeldia, Zurutuza; Sangalli, Willian José y Oyarzabal. El centrocampista del Sanse parece haberse ganado un hueco en el once, al menos hasta que se recupere Januzaj y llegue el último fichaje. Se espera que Theo ocupe la plaza de Kevin Rodrigues y resta por saber si habrá más cambios en el once de Villarreal.
Si no hay muchas pistas en el once, tampoco con la forma de jugar. Ante el Athletic la Real apenas tuvo el balón con un 4-4-2 y dio unas malas sensaciones, en el primer tiempo contra el Alavés en el siguiente partido jugó con tres centrales y acaparó el 70% de la posesión y en el segundo jugó con un 4-2-3-1, que también fue utilizado en el penúltimo amistoso ante el Stuttgart, mientras que en el último con el Friburgo se acabó con un 4-4-2 con rombo en el centro del campo.
Asier Garitano ya advirtió que no creía en un esquema y en un estilo de juego fijos, que cambiaba los planteamientos en función de los rivales y eso rompe con lo que fue la mejor Real de Eusebio. Ya han surgido comentarios de disconformidad de los jugadores con la forma de entrenar, de controlar la alimentación y el peso y de meter horas en Zubieta del nuevo y numeroso staff y eso tampoco es positivo. Y menos con un inicio de temporada de por sí complejo por la remodelación de Anoeta, que motivará que los tres primeros partidos sean fuera de casa ante Villarreal, Leganés y Eibar y el cuarto en Anoeta ante el Barcelona. No son los elementos más favorables para comenzar una temporada y será importante obtener un buen resultado en Villarreal para eliminar dudas y dar un sentido a todos los sacrificios de la pretemporada.