Iñaki Astoreka lleva desde 1978 disfrutando de Aste Nagusia desde primera línea de la fiesta, formando parte de la comparsa Hontzak.
¿Peligra la cantera entre los adeptos a Marijaia?
No, te aseguro que no, tenemos cantera de sobra. Año tras año, Marijaia hace acto de presencia para desatar la fiesta y para, más tarde, ser devorada por las llamas, pero sus adeptos se multiplican.
Marijaia es parte de nuestra vida y su imagen es asumida también por la gente que viene de fuera. De hecho, hay una comercialización, con mayor o menor gusto, de lo que es su imagen.
¿40 años después Aste Nagusia sigue siendo joven?
Los años no pasan en balde. Pero las fiestas son para mí algo que llevo en mi interior. Todavía recuerdo con añoranza lo que significaron las primeras fiestas populares en 1978. El espíritu sigue siendo joven.
Cuarenta años de fiestas populares y participativas, ¿están en peligro?
No. Las cosas, como todo, van evolucionando. Los primeros años, como no teníamos experiencia, digamos que todo se improvisaba. Antes tal vez había más participación espontánea, pero siguen siendo unas fiestas muy participativas.
La evolución de la fiesta es innegable, ¿hay espacios nuevos que explorar?
Todos los años, como es normal, Aste Nagusia evoluciona algo pero la esencia sigue siendo la misma: diversión, participación y respeto mutuo.
Las txosnas, siempre en el punto de mira de juzgados, policías y obispos. ¿Les dejarán alguna vez en paz?
Hay a gente que no le gusta que las txosnas hagan una crítica social al poder vigente. Igual prefieren que estén decoradas con flores, margaritas, girasoles o mariposas... Al menos la nuestra, la de Hontzak, va a seguir siendo crítica con el poder.
Que nos dejen en paz no depende de nosotros. Estamos expuestos a eso, pero no nos preocupa. El que nos denuncien o protesten contra nosotros es una cosa que nos entra por un oido y nos sale por el otro.
Si es que lo hay, ¿cuál es su acto festivo preferido?
Es el concurso gastronómico, sin duda. Se crea un gran ambiente, con la sobremesa, hablando, cantando, tomando algo... Ademas, tiene un entorno precioso para ello, que es El Arenal.