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Las txosnas cumplen los controles sanitarios y decomisan 60 kilos de carne para venta ambulante

El área de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Bilbo ha calificado de «excelente» la situación higiénico-sanitaria de las txoznas de la Aste Nagusia y ha informado de que la Policía municipal ha decomisado 60 kilos de carne en puestos ilegales de venta ambulante, sobre todo de pinchos morunos.

Marijaia en el recinto de txosnas. (June PRIETO / FOKU)
Marijaia en el recinto de txosnas. (June PRIETO / FOKU)

La concejala del Área, Yolanda Díez, ha comentado a los medios que el Ayuntamiento es «muy exigente» con la seguridad alimentaria y la limpieza y que todas las txoznas «han sacado una nota extraordinaria» en las inspecciones realizadas.

Las comparsas, ha explicado, presentan una memoria sanitaria antes de instalar las txoznas y después reciben, al menos, tres inspecciones durante los nueve días festivos.

«Son espacios que se montan en poco tiempo pero que respetan todas las condiciones higiénicas. Hay seguridad de que los productos están manipulados correctamente y que tienen una trazabilidad», ha señalado.

Díez ha apuntado que las deficiencias menores que se suelen presentar y después corregir están relacionadas con la temperatura de conservación de los alimentos, la separación del pan de los espacios donde se cortan alimentos crudos o los envases de jabón cerrados.

Decomisan 60 kilos de carne

En cuanto a la actuación contra la venta ambulante de alimentos, ha recordado que es competencia del área de Seguridad Ciudadana y la Policía Municipal, pero ha informado de que ayer se decomisaron otros 40 kilos de carne, que unen a los 20 kilos de la noche anterior.

«Hay que agradecerles que todos los miembros de la Policía Municipal que están volcados y tienen un compromiso serio en evitar la venta ambulante y han requisado más que otros años», ha dicho Yolanda Díez, que ha señalado que hasta ahora Osakidetza no ha comunicado ningún caso de intoxicación.

En este sentido, ha sostenido que consumir estos pinchos morunos es una «pequeña ruleta rusa» y ha apelado a la «responsabilidad personal» para no comprarlos «porque las consecuencias pueden ser graves para la salud por ahorrar un poco de dinero».