GARA
WASHINGTON

EEUU advierte a Damasco contra el uso de armas químicas en Idleb

EEUU reiteró sus advertencias a Damasco y le amenazó con una reacción «rápida y apropiada» en caso de que utilice armas químicas en su ofensiva contra la provincia de Idleb, último reducto rebelde –y yihadista–, anunciada para los próximos días y ante la que la ONU, más allá del armamento que se utilice, alerta de un baño de sangre.

«Seamos claros; nuestra posición, firme, sigue siendo la misma: si el presidente Bashar al-Assad decide utilizar otra vez armas químicas, EEUU y sus aliados responderán rápidamente y de forma apropiada», advirtió la Casa blanca, que reiteró el mensaje lanzado el lunes por el presidente de EEUU, Donald Trump, al insistir en que en la provincia de Idleb «millones de civiles inocentes están bajo amenaza de un ataque inminente del régimen de Al-Assad con el apoyo de Rusia-Irán».

Washington lanzó dos ataques militares quirúrgicos en abril de 2017 y abril de 2018 tras responsabilizar a Damasco de sendos ataques químicos.

El ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, acusa a los rebeldes de estar preparando un ataque químico pata imputárselo a Damasco y propiciar una respuesta militar internacional.

El Pentágono tilda esta acusación de «absurda para desviar la atención cuando estas armas terribles son utilizadas».

El Kremlin, que logró en 2013 que los EEUU de Obama no atacaran a Damasco tras un ataque químico en Ghuta a cambio de la promesa de desarme químico del Ejército sirio, insiste en imputar a los rebeldes o en tildar de propaganda todas las acusaciones sobre uso de agentes químicos en zonas fuera de control del Gobierno Al-Assad Se ampara en la imposibilidad estatutaria de las organizaciones internacionales de señalar las responsabilidades de las explosiones, pese a que la gran mayoría apuntan a Damasco.

El Pentágono desmiente

El secretario de Defensa de EEUU, James Mattis, afirmó que «no tenemos ningún tipo de prueba» que muestre que los rebeldes sirios tienen capacidad para fabricar armas químicas y concedió que, a lo sumo, que el ISIS sí habría hecho «intentos inmaduros y en general fracasados con granadas con algún tipo de agente mostaza o algo así», pero «nada que ver con el tipo de ataques denunciados».

«¡Matémoslo de una puta vez!»

Precisamente, entre los detalles adelantados ayer de la publicación del libro «Miedo: Trump en la Casa Blanca», del periodista Bob Woodward se incluye un episodio en el que en abril de 2017 Trump responde iracundo ante las denuncias de un ataque químico en conversación telefónica con Mattis. «¡Matémoslo de una puta vez (a Al-Assad)! Metámonos ahí y matemos a toda esa puta gente», le habría dicho. El jefe del Pentágono le responde que se pondrían a ello, pero al colgar el teléfono le dijo a un asesor que no harían «nada de eso», sino que organizarían una respuesta »mucho más contenida», lo que al final ocurrió.

Y lo que casa bastante más con las palabras de la embajadora de EEUU en la ONU antes de reunir al Consejo de Seguridad. «Si quieren seguir retomando el control de Siria que lo hagan, pero no con armas químicas», señaló Nikki Haley. ¿Advertencia, o bendición?

 

Cumbre decisiva de Rusia, Irán y Turquía, mañana en Teherán

Los presidentes de Irán, Rusia y Turquía se reunen el viernes en Teherán en una cumbre que marcará el destino de la provincia de Idleb.

El diario público sirio “Al Watan” auguró que las tres potencias regionales «decidirán la hora cero de la operación del Ejército sirio, que debería intervenir inmediatamente después de la cumbre.

La provincia de Idleb, conquistada por los rebeldes en 2015 en una ofensiva que estuvo a punto de derrocar militarmente a Al-Assad y que fue frenada y revertida por la implicación militar rusa, es el último gran bastión rebelde a donde han huido cientos de miles de civiles y decenas de miles de rebeldes armados –entre ellos miles de yihadistas– evacuados tras rendir sus feudos por todo el país.

De sus tres millones de habitantes, la mitad son desplazados. La coalición Hayat Tahrir al-Sham, que integra a 10.000 yihadistas del antiguo Frente al-Nosra, controla el 60% de la población. Estos, que atacan con morteros la base rusa de Hmeimim, son el objetivo preferente de Moscú, El otro 40% está bajo control de grupos rebeldes islamistas del Frente de Liberación Nacional, en la órbita de Turquía. Ankara, según el International Crisis Group, lleva a cabo «esfuerzos intensos para limpiar la zona de grupos terroristas», pero habría reconocido la dificultad de separar a unos de otros en plena guerra.GARA