En su tradicional mensaje institucional en la víspera de la Diada, Torra se ha remontado a más de 300 años atrás para rememorar que, en julio de 1713, en el Saló de Sant Jordi del Palau de la Generalitat, tuvo lugar «una votación que cambió el curso de la historia de los catalanes».
Ante la «inminente llegada a Barcelona de las tropas borbónicas y el inicio del asedio contra la ciudad», fue convocada la Junta de Braços, que «sustituía a las Cortes Catalanas cuando no se podían reunir», para decidir «entre la sumisión o la resistencia a Felipe V».
Por 78 votos contra 45, ha relatado Torra, los representantes reunidos optaron por «resistir», no entregar Barcelona a las fuerzas borbónicas y «defender hasta las últimas consecuencias uno de los sistemas constitucionales y parlamentarios más antiguos de Europa, el catalán, que aquel 1713 ya contaba cinco siglos».
Para el presidente de la Generalitat, Catalunya se encuentra, tres siglos después, «en una nueva encrucijada histórica», en la que los catalanes deben «decidir si ante las injusticias, las amenazas, el miedo, la violencia, las cárceles y el exilio, nos conformamos o resistimos y avanzamos».
Caer y levantarse
«La historia nos explica que cada vez que hemos caído nos hemos vuelto a levantar y a poner en marcha. Y ahora lo hacemos en un combate democrático y pacífico por los derechos civiles, sociales y nacionales», ha destacado.
El president ha recordado que su Govern «se ha comprometido a hacer efectiva la república, una república compartida que debe ser de todos los catalanes».
«Lo haremos por todos los presos políticos y exiliados y por todos aquellos que son perseguidos por defender la libertad de Catalunya y por haber dado la palabra al pueblo en el referéndum de autodeterminación del 1-O», ha subrayado.
Torra ha asegurado que no hay que abandonar nunca las «banderas del diálogo, de la paz, de la palabra. Quizá alguien lo querría e intenta provocarlo. No lo conseguirá. La palabra y el voto son nuestras únicas herramientas, son nuestros baluartes».
Frente a quienes acusan al independentismo de dividir a la sociedad catalana en dos mitades, ha recalcado que «la libertad no fractura nunca, lo que fractura es su ausencia. Convivir es vivir los unos con los otros, y no los unos debajo de los otros».
Los actos oficiales de la Diada han arrancado con una ofrenda floral de Torra y su Govern al Fossar de les Moreres.
Tras su discurso, Torra y el presidente de la cámara catalana, Roger Torrent, han encabezado una Marcha por la Libertad de los presos y exiliados soberanistas. Tras escuchar frente a la fachada del Parlament la actuación musical de Obeses, que han interpretado ‘Ens en sortirem’, una canción compuesta en homenaje a la gente que participó en el 1-O, los miembros del Govern, así como diputados soberanistas y otros representantes institucionales, han iniciado la marcha que ha atravesado el casco antiguo de Barcelona hasta la plaza Sant Jaume.