El filme está rodado por una familia real formada por la madre Stella Maris Santo, su hija Valeria Ballerini y Paco (Francisco Domínguez), el compañero de la madre que interpretan su propia historia. Stella es una argentina sin papeles y sin medios económicos que vive en Barcelona con Paco a la que diagnostican ELA (esclerosis lateral amiotrófica). Su condición de inmigrante se convierte en un impedimento más a la hora de acceder a la sanidad pública y se acrecienta la situación de desamparo al tratarse de una enfermedad que requiere atención constante. Paco cuidará de Stella ayudado por Valeria durante los tres años en que la ELA se manifiesta con más virulencia. Entonces comenzará otra pesadilla, la de los papeles, las exigencias de tener un contrato de trabajo u otros requisitos para obtener ayuda especializada aunque sea una vez a la semana. El propio Canevari acompañaba a Paco en los trámites burocráticos.
Canevari constata la injusticia que se comete con esas personas que no reciben la protección o los mínimos cuidados necesarios «cuando la sanidad y los servicios sociales tienen que ser para todo el mundo», asegura. El director argentino se encontró con la historia de una manera casual cuando coincidió con Melina Pereyra, directora de una escuela de teatro donde estudia Valeria. Fue Pereyra la que animó a Vanesa a exteriorizar su dolor y finalmente ha terminado siendo una película en donde se involucró toda la escuela.
Filmada en blanco y negro, ni Paco ni Stella mostraron ningún pudor ante la cámara. Pese a la cruda realidad y a jugar con el tiempo en contra –Stella falleció poco después de concluir el rodaje–, hay humor y hay amor.
«La esclerosis lateral te paraliza la vida, a uno y a todos los de alrededor», recuerda Valeria. Por eso convenció a Stella para que colaborara en el proyecto. Les queda su recuerdo y el deseo de que su trabajo sirva al menos «para concienciar a la gente de que esta enfermedad está ahí. En vez de gastar lo que no se debe y choricear sin parar, que inviertan en estas cosas», asegura Paco.
Canevari, que en su cortometraje ‘Gorila baila’ y en su ópera prima ‘Paula’ también aborda temas sociales, se manifiesta partidario de este género: «Son historias que se cruzan en el camino y me conmueven. Aunque suene tópico, creo que el cine es un medio transformador que puede generar conciencia», concluye.