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BRASILIA

Bolsonaro prepara las recetas de recortes y privatizaciones

El ultraderechista Jair Bolsonaro, vencedor con el 55% de los votos en las elecciones presidenciales de Brasil, prepara ya la recetas ultraliberales para reformar el sistema de pensiones y privatizar empresas públicas brasileñas bajo la dirección del «superministro» Paulo Guedes, un seguidor fiel de la Escuela de Chicago≤.

El nuevo Gobierno de Brasil de Jair Bolsonaro «va a cambiar el modelo económico del país», anunció el que será el «superministro» del Ejecutivo brasileño Paulo Guedes poco después de conocer la victoria electoral del candidato ultraderechista con el 55% de los votos (57.796.986) frente al 44% (47.038.963) del candidato de izquierda, Fernando Haddad (PT).

Bolsonaro quiere romper con la herencia del PT con la que el Ejecutivo de Michel Temer aún no ha acabado. En un tono marcial, sin referencia alguna a su rival, su primer discurso auguró un cambio radical. Privatizaciones, ajuste fiscal, reducción de impuestos y reforma de las pensiones constituyen la base de su plan de Gobierno, del que Guedes, un ultraliberal ortodoxo de la denominada Escuela de Chicago será su principal gestor.

Su acercamiento al Partido Social Liberal de Bolsonaro, ha modificado las iniciales posiciones proteccionistas del próximo presidente, sin que le haya supuesto ningún problema. «En realidad no entiendo nada de economía», admitió en una entrevista al diario “Globo”. El ministerio de Guedes aunará las actuales carteras de Economía, Industria, Comercio y Planificación y la Secretaría de Inversiones Públicas

Aplicará su receta ultraliberal a un país de 208 millones de habitantes en crisis tras dos años de recesión (2015, 2016) y un crecimiento que no acaba de despegar, con el objetivo de reducir el déficit presupuestario y la deuda pública. «Brasil ha conocido 30 años de gastos públicos descontrolados, siguiendo un modelo que ha corrompido al política y ha provocado un aumento de impuestos, de las tasas de interés de la deuda, como una bola de nieve», afirmó Guedes, que plantea «acelerar el ritmo de las privatizaciones» que ya ha comenzado el Gobierno saliente de Michel Temer.

La política privatizadora resultará especialmente problemática en un país con empresas emblemáticas como Petrobras o Eletrobras.

El nuevo Gobierno acometerá también una reforma del sistema de pensiones. «La primera cosa es hacer un ajuste en nuestra economía y la reforma de las jubilaciones es fundamental para dar un paso» en esa dirección, aseguró el domingo el vicepresidente electo, el general retirado Hamilton Mourao.

Bolsonaro y sus asesores defienden un sistema de capitalización a través de fondos privados idéntico al aplicado en Chile, creado durante la dictadura de Augusto Pinochet, cuando, Guedes era profesor universitario en ese país.

«Vamos a desburocratizar, simplificar y permitir que el ciudadano, o el emprendedor, tenga más libertad para crear y construir su futuro», afirmó Bolsonaro en su primer discurso. La perspectiva de una política ultraliberal fue acogida favorablemente inicialmente por la Bolsa de Sao Paulo, que ya había aumentando un 10% sus índices en el último mes en que el ultraderechista era claro favorito. Tras confirmar su victoria, subió un 3% más y el real alcanzaba su mayor cotización ante el dólar desde abril. No obstante, tras haber alcanzado su máximo histórico intradiario, el índice perdió un 2,27%.

Con todo, el exmilitar ha dejado entrever que será él quien tenga la última palabra. Así, durante la campaña corrigió algunas de las propuestas fiscales de Guedes. «Tendremos un ministro, seguro, pero por encima de él, habrá un comandante en jefe y ese comandante en jefe se llama Jair Bolsonaro», subrayó.

Además, Guedes y Bolsonaro se enfrentan a los condicionantes de un Parlamento muy dividido, el más fragmentado de la historia del país, donde tendrá dificultades para lograr mayorías. Con su impronta autoritaria y admiradora de la dictadura, podría recurrir a adoptar medidas sin pasar por el Parlamento, presionado por la necesidad de adoptar medidas muy rápidamente. Las imágenes de sus seguidores jaleando y celebrando la victoria al paso de varios vehículos militares en Rio de Janeiro ilustraban la amenaza del autoritarismo. «Mi Gobierno será defensor de la Constitución, de la democracia y de la libertad. No es la promesa de un partido, es un juramento a Dios», afirmó en su discurso en la noche electoral, con citas bíblicas incluidas.

 

El PT insistirá en construir un frente amplio «en defensa de la democracia y contra el fascismo»

El PT se ha mantenido como la primera formación en la Cámara de los Diputados, con 56 escaños, aunque perdió doce con respecto a las elecciones de 2014. Además, ha conseguido cuatro gobernadores, todos ellos en su feudo de los estados del noreste. Las de ayer fueron las primeras elecciones perdidas por el PT desde que Luiz Inacio Lula da Silva fue elegido en 2002, aunque ya había pasado a la oposición en 2016, cuando la presidenta Dilma Rousseff fue destituida por supuestas irregularidades en las cuentas públicas.

«Es nuestra obligación constituir una oposición rigurosa capaz de hacer frente de esta tarea que es la oposición», señaló en declaraciones a Efe el diputado del PT Paulo Pimenta. El objetivo del partido, cuya Ejecutiva analizará hoy los resultados, aclaró el legislador, será dialogar con diversos sectores para luchar en defensa de la democracia y «organizar un frente contra el fascismo», una oferta que no caló en varias formaciones durante la campaña. «Debemos tener tranquilidad y construir un movimiento amplio, de los cuales el PT será uno de los protagonistas, pero no el único», precisó Pimenta.

El candidato Fernando Hadad reiteró ayer que «coloco mi vida a disposición de este país. No tengan miedo, nosotros estaremos aquí. Estamos juntos. Estaremos unidos. Abrazaremos su causa. Cuenten con nosotros». En su discurso en la noche del domingo, Haddad afirmó que respetará el resultado de las urnas pero se abstuvo de felicitar a su rival, un gesto que hizo ayer a través de cuenta en Twitter.GARA