Nerea GOTI

Luz roja en emergencias ante la unificación de centros en Bizkaia

Lakua dice que no hay nada decidido, pero la Ertzaintza se traslada, se sabe que se está estudiando y ya ha habido una dimisión en relación con la unificación en Bizkaia de los tres centros de emergencias. Los profesionales piden que se paralice «de inmediato».

Hay servicios que por su complejidad y su alcance resultan especialmente sensibles. El de emergencias es uno de ellos. No hace falta reparar demasiado en lo que representa el delicado trabajo que conlleva coordinar la asistencia y responder con la máxima celeridad posible a una urgencia, y lo que representa el conocimiento del medio en el que hay que mover esos recursos con la mayor celeridad. Aún así el personal de Emergencias de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa lleva ya tiempo reclamando mejoras en sus condiciones laborales. A esas demandas, algunas de las cuales llevan años sobre la mesa en una suerte de negociación al estilo «día de la marmota», según señalan los sindicatos, se suma ahora la intención de unificar los tres centros de emergencia de la CAV en Txurdinaga, Bilbo, lo que ha caído como una bomba entre profesionales del servicio.

El Gobierno de Lakua insiste en que no hay aún nada decidido más allá de estudiar esa posibilidad como se estudian otras. Los y las profesionales temen, sin embargo, que las cosas estén mucho más avanzadas de lo que se dice oficialmente y, de hecho, han comenzado a movilizarse. El pasado viernes lo hicieron ante el Kursaal, coincidiendo con el acto por el aniversario de Osakidetza. «Nos parece una medida absolutamente desacertada y peligrosa», advierten. «Habrá criterios económicos para hacerlo, pero en quienes no han pensado es en los pacientes ni en los profesionales», comenta a GARA, Blanca Alberro, delegada de CCOO en el servicio.

Fuentes de Osakidetza consultadas por este diario mantienen que lo que hay es «un estudio de posibilidades enmarcado en el trabajo normal de planificación y búsqueda de eficiencia que todas las organizaciones de Osakidetza mantienen permanentemente abierto». Insisten, en que «no se ha tomado ninguna decisión por el momento». Sin embargo, la junta de personal, en la que están representadas siete centrales sindicales, considera que ya hay pasos firmes que apuntan en la dirección de una unificación de los tres centros en Txurdinaga. Tal y como exponen, «todos los tiros van por ahí».

«A la Ertzaintza, que es una parte de Emergencias que corresponde a Seguridad, ya se le ha comunicado el traslado», apunta Blanca Alberro, delegada de CCOO. La otra cuestión que parece confirmar los planes de unificación tiene que ver con el propio cese de quien fue director del servicio, Txema Unanue. «Puso su dimisión en manos de la dirección de Osakidetza si se seguía adelante con el proyecto de unificación y se le aceptó», señala. Agrega al respecto que en una reunión ya se les habló de que se estaba trabajando en tres vías: «en qué situación iban a quedar los trabajadores, cómo entrar todos en Txurdinaga, porque físicamente no es fácil, además del tema del back up, que tiene que ver con prever qué hacer si cae el sistema de redes informáticas». Ahora no hay problema, precisa Alberro, porque si sucede en uno de los herrialdes, «cualquiera de los otros puede cogerlo».

Se debate hoy una moción de EH Bildu

EH Bildu vuelve a llevar el tema hoy al Parlamento de Gasteiz. De hecho, tras interpelar recientemente sobre esta cuestión al consejero de Salud, Jon Darpón, la coalición soberanista defenderá una moción en la que plantea que los tres centros de coordinación no se concentren en Bizkaia.

Gotzone Amuriza, delegada de LAB, señala en el mismo sentido que por un lado se dice que no hay nada decidido, pero ya está en marcha el traslado de la Ertzaintza, a la espera de que en breve finalicen las obras. «Desconocemos el proyecto y las razones», señala Amuriza. De lo que no tiene duda es de que una unificación afectaría a la calidad y la eficiencia del servicio que dispone ahora de equipos de profesionales que acumulan años de experiencia, conocen muy bien el medio en el que mueven los recursos y el funcionamiento de los centros hospitalarios, que no es homogéneo. El trato cercano con el paciente es algo que consideran fundamental a la hora de dar la respuesta más adecuada que no siempre tiene por qué suponer el envío de una ambulancia, pero sí tranquiliza a los pacientes y a las familias. «Conoces a tus pacientes, hay muchas veces que llaman nerviosos pero a través de la consulta telefónica se le tranquiliza, se les dan unas pautas y, según el caso, se vuelve a llamar para ver cómo evoluciona», ejemplifica al respecto.

«Tenemos protocolos con las OSIS (organizaciones sanitarias zonales, con los hospitales, apoyo para paliativos... y cada centro está especializado en los protocolos que operan en su territorio», subraya Alberro. A este respecto Amuriza apunta que «el proyecto para trasplantes se da en Gipuzkoa, en los otros herrialdes no, en caso de infartos o de ictus sabemos a qué hospital acudir y la atención es mucho más rápida en casos en los que cuenta cada minuto». «La gente piensa que esto es solo el 112, pero cuando los ambulatorios cierran, las llamadas a los teléfonos que aparecen en las tarjetas de Osakidetza nos llegan a nosotros», explica Alberro.

La otra vertiente es la laboral. Amuriza ve claro que si se produce muchos pedirían reubicación. «Estamos hablando de turnos de 12 horas muy cañeros, de trabajo continuo, sólo en Araba y Gipuzkoa hay más de 200.000 llamadas», señala Alberro. Conducir largos trayectos después de una noche sin dormir no es una opción y utilizar transporte público supone horas de desplazamiento. «Alguien ha hecho números, pero no en calidad asistencial», agregan.