Aritz INTXUSTA
IRUÑEA

Sin accesibilidad universal, un escalón puede convertir un hogar en una cárcel

La confederación de personas con discapacidad física y orgánica (Cocemfe) realizó ayer una acción por la eliminación de barreras físicas. Piden modificar de forma urgente la Ley de Propiedad Horizontal.

Todos se colocaron detrás de un escenario que figuraba una cárcel. Había usuarios de sillas de ruedas y miembros de otros colectivos solidarios con las personas con movilidad reducida. Con este gesto, quisieron denunciar la situación de personas que viven encerradas en sus propias viviendas porque el edificio no está adaptado.

La escenificación fue muy dura, pero no exagerada. Erkuden Chocarro cogió el micro desde su silla para explicar cómo está viviendo con sus dos hijos y una pensión que no alcanza los 900 euros. Su vivienda es un tercero sin ascensor de un piso de cuatro viviendas, relató. Como las escaleras no están adaptadas, ella fue subiéndolas y bajándolas cada vez peor. Las acabó bajando sentada y subiendo arrastrándose. Hasta que ya no pudo más. Lleva cuatro años sin entrar en su casa. Ahora vive de alquiler con ayuda de sus padres, pues no puede costearse el arrendamiento. Chocarro –que pidió perdón si lloraba y dijo que le costaba mucho contar todo esto pues algunas de sus amistades no conocían lo grave de su situación– se animó a hacerlo para concienciar de que hay que cambiar la Ley de Propiedad Horizontal y trabajar en favor de la accesibilidad. Ella, según dijo, tiene suerte porque sus vecinos la apoyan y van a construir un ascensor. Sabe, por tanto, que algún día va a conseguir regresar a su propia casa.

El problema de la Ley de Propiedad Horizontal, según explicó Manuel Arellano, es que dice que acometer obras para garantizar la accesibilidad de un edificio no resulta obligatorio si el coste supera las doce cuotas por persona propietaria. Es decir, deja a las personas con movilidad reducida al albur de la decisión de sus convecinos.

Cocemfe recordó que más de la mitad de los edificios navarros no son accesibles desde la calle. El 90% de los porteros automáticos no están al alcance de usuarios de ruedas.

 

etxean bizitzea ere ezinezkoa denean

Lekukotasun gogorra utzi zuen Erkuden Chocarrok, Iruñean Cocemfe elkarteak eginiko ekintzan. Igogailurik ez duen eraikin bateko hirugarren solairuan bizi zen eta bere elbarritasunaren ondorioz eskailerak igo eta jaistea gero eta zailagoa egiten zitzaion –gorantz arrastaka eta beherantz eserita– duela lau urte bertatik atera behar izan zuen arte. Alokairuan bizi da orain, gurasoen laguntzaz eta igogailua jartzen duten egunean etxera itzultzeko esperantzaz. «Ez da kasu bakarra», salatu du Cocemfek.