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Pedro Sánchez y Quim Torra se emplazan a dialogar en la víspera de un tenso 21D

Los gobiernos español y catalán han mantenido hoy un encuentro que la Generalitat ha calificado de cumbre y la Moncloa de poco más que reunión institucional. En cualquier caso, un breve encuentro del que apenas ha salido un comunicado de 12 líneas emplazándose a seguir dialogando.

Las dos delegaciones posan ante los medios gráficos. (JAVIER SORIANO / AFP)
Las dos delegaciones posan ante los medios gráficos. (JAVIER SORIANO / AFP)

Los gobiernos español y catalán «coinciden en la existencia de un conflicto sobre el futuro de Cataluña. A pesar de que mantienen diferencias notables sobre su origen, naturaleza o sus vías de resolución». El máximo consenso al que han llegado los gobiernos de Barcelona y Madrid en la reunión mantenida hoy en Palacio de Pedralbes apenas llega a una constatación de la diferencias que les separan.

De hecho, todavía resulta difícil aclarar la naturaleza del encuentro, pues desde la Generalitat se hablado de una cumbre entre gobiernos en la, además de Pedro Sánchez y Quim Torra, han participado Carmen Calvo, Meritxell Batet, Pere Aragonès y Elsa Artadi. Desde la Moncloa, sin embargo, no ha sido más una reunión entre ambos presidentes, al que ha seguido un mero saludo protocolario entre miembros de ambos gobiernos.

Del contenido del encuentro apenas ha trascendido un comunicado conjunto de 12 líneas en el que, además de constatar sus diferencias, ambos ejecutivos se emplazan a seguir potenciando «espacios de diálogo» –habrá otra reunión en enero– para buscar una «respuesta democrática a las demandas de la ciudadanía de Cataluña, en el marco de la seguridad jurídica». Una coletilla que, en rueda de prensa posterior, la ministra Batet se ha apresurado a señalar que significa «en el marco del ordenamiento jurídico vigente».

El nivel de desencuentro ha llegado hasta el nivel floral. Dos plantas amarillas destacaban entre los sofás en los que se sentaban Torra y Sánchez hasta que el jefe de protocolo de la Moncloa se ha sacado de la chistera una flor roja y, ni corto ni perezoso, la ha plantado enmedio de las flores amarillas ante la atónita mirada de periodistas.