El teniente de alcalde de Gasteiz, Peio López de Munain, ha comparecido para ofrecer su versión de lo ocurrido ayer a primera hora de la mañana en el gaztetxe, cuando varios agentes de la Policía Municipal se personaron en el local tras recibir quejas de vecinos a causa del ruido.
Como consecuencia de la actuación policial, fueron detenidas cinco personas, acusadas de un delito de atentado y resistencia grave a la autoridad, de las que cuatro ya están en libertad. El quinto arrestado fue puesto a disposición del Juzgado de Guardia, ya que pesaba sobre él una orden judicial de detención e ingreso en prisión por otro atentado contra agentes de la autoridad.
El teniente de alcalde ha defendido la actuación policial como «normal», al tiempo que ha denunciado la «desproporcionada respuesta» que algunas personas que se encontraban en el gaztetxe dieron a los agentes que allí se desplazaron para solicitar que cesaran los ruidos en el local.
Según ha explicado, en la noche del 31 de diciembre y en la mañana del 1 de enero se produjeron «infinidad» de hechos que requirieron de la intervención policial, entre ellos, cuatro visitas a establecimientos por denuncias de ruido excesivo.
Estos locales eran una estancia en la que se celebraba un cotillón autorizado, dos lonjas con cotillones no autorizados y el gaztetxe. En el caso del gaztetxe, ha dicho que la Policía intervino porque a las 9.00 seguía celebrándose una fiesta en el local.
El edil ha subrayado que todas estas actuaciones por ruidos «se desarrollaron con normalidad», salvo la que se produjo en el gaztetxe, en el que –según ha dicho– «la Policía Local recibió una desproporcional respuesta a la petición de cierre que hizo necesaria una intervención mucho mayor para la protección de los agentes».
Primeras quejas
Según el Ayuntamiento, las primeras quejas telefónicas en la Policía Local se recibieron sobre las 6.25 horas, momento en el que una patrulla de paisano se acercó hasta el gaztetxe y observó que alrededor de 500 personas estaban en el exterior del local consumiendo bebidas y que las puertas del establecimiento estaban abiertas y con la música en funcionamiento.
Entonces no se actuó y se decidió esperar a que se fuera diluyendo la gente concentrada allí. De hecho sobre las 9.00 la patrulla policial volvió a pasar por la zona y comprobó que ya no había personas en el exterior, aunque las puertas seguían abiertas y aún sonaba música en el interior del edificio. Entonces se accedieron al interior para comunicar al responsable que debía apagar la música y acabar la fiesta, ya que se había superado el horario permitido y se estaban causando molestias al vecindario.
Según el relato del concejal, cuando la patrulla iba a salir del edificio un grupo de personas les bloqueó la salida, y los agentes observaron cómo se iban cerrando las puertas del local. Una patrulla que estaba de apoyo en el exterior solicitó la presencia de otras refuerzos para «liberar» a sus compañeros. Poco después, los agentes que se encontraban en el exterior abrieron las puertas, sacaron a la patrulla «retenida» y comenzaron el desalojo del local.
La versión oficial indica que entonces varias personas les arrojaron botellas de vidrio y que algunos policías resultaron heridos y contusionados. Ante ello, pidieron apoyo a la Ertzaintza para identificar y detener a las personas que supuestamente les lanzaron las botellas.
Preguntado por si el Consistorio va a tomar alguna medida en relación con el gaztetxe, López de Munain ha indicado que este local funciona los 365 años del año y que en general no suele dar problemas.