«Tenemos que construir el muro», reiteró ayer el presidente de EEUU, Donald Trump, mientras admitía que la valla puede ser de «acero en vez de hormigón». «Es un tema de seguridad, es sobre la seguridad de nuestro país. No tenemos alternativa», insistió al señalar que puede invocar una emergencia nacional para conseguir la construcción de un muro sin la aprobación del Congreso. En ese sentido, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, dijo que están explorando «todas las opciones disponibles» para que Trump, pueda construir el muro fronterizo sin los recursos del Congreso, y sostuvo que «cualquier acción» que tome «será legal».

La falta de acuerdo con los legisladores sobre la inclusión en el presupuesto federal de los fondos para ese muro mantiene parcialmente paralizado el Gobierno desde el 22 de diciembre.

Unos 800.000 funcionarios fueron enviados a sus casas o trabajan sin sueldo, mientras que muchos contratados por la Administración también están perdiendo sus remuneraciones.

Las discusiones que buscan poner fin al llamado shutdown debían continuar ayer, tras los encuentros que la víspera mantuvo el vicepresidente, Mike Pence, con los dos líderes demócratas en el Congreso, Chuck Schumer y Nancy Pelosi, y que finalizaron con escasos avances.

«Muy serias»

Trump indicó que no esperaba progresos este fin de semana, al señalar que habrá «conversaciones muy serias» desde hoy.

Los demócratas, que ahora controlan la Cámara de Representantes, no parecen dispuestos a hacer concesiones sobre un muro de 3.200 km que Pelosi calificó de «inmoral».

«Este shutdown podría terminar mañana y también podría durar por mucho tiempo», dijo Trump. «Realmente depende de los demócratas», añadió.

A medida que el impacto del cierre del Gobierno se extiende, con advertencias de que puede afectar a los subsidios de alimentos para los más pobres y el retorno de impuestos de los que mucha gente depende cada año, Trump insiste en que los estadounidenses entienden su postura. Pero el malestar de estadounidenses y turistas crece.

El cierre parcial, que enfila su tercera semana, ha dejado sin paga a los agentes de seguridad y empleados del FBI.

El popular museo Smithsonian, a solo unas manzanas de la Casa Blanca, se ha visto obligado a cerrar, mientras que los parques nacionales permanecen cerrados –cada día se pierden alrededor de 400.000 dólares por entradas que no se cobran–, sin rangers que los vigilen y la basura acumulada y los baños sucios, igual que en los alrededores del resto de monumentos nacionales.

Renuncia el jefe de Gabinete del Pentágono

El jefe del Gabinete del Pentágono, Kevin Sweeney, presentó el sábado su renuncia, según informó el Departamento de Defensa de EEUU, tan sólo semanas después de que el exsecretario de Defensa, Jim Mattis, dejase su cargo. Sweeney asumió el cargo en enero de 2017.

A mediados de diciembre, James Mattis presentó su renuncia, un día después de que Donald Trump, anunciara la retirada de las tropas de EEUU de Siria como señal de protesta por esa y otras decisiones y por el trato que da a sus socios comerciales y aliados. Aunque Mattis señaló en su carta de renuncia que se haría efectiva el 28 de febrero de 2019, un molesto Trump la adelantó dos meses.

Trump dijo el miércoles que despidió a Mattis porque quería resultados en el Departamento de Defensa y criticó su labor al frente del Pentágono. Señaló que no está contento con la crisis de seguridad en Afganistán y la cantidad de dinero gastadas en esa guerra. «¿Qué ha hecho por mí? ¿Cómo le ha ido en Afganistán? No muy bien», dijo. «No estoy contento con lo que ha hecho en Afganistán», y añadió, «como saben, el presidente Obama lo despidió y, esencialmente, yo también». Pero entonces Mattis se retiró del Comando Central del Ejército por su descuerdo con Obama y ahora ha renunciado por sus diferencias con Trump.GARA