Esta decisión supone un duro revés para el preso, ya que aleja la posibilidad de que, en la segunda parte del juicio que comienza el 25 de febrero y en la que se tiene que establecer la condena, se dictamine sentencia de cadena perpetua, en lugar de imponerle pena de muerte.
El magistrado Dennis Bayley ha tomado esta decisión, atendiendo así a la petición de la Fiscalía, después de una vistilla en la que el miembro del jurado, de apellido Collins, ha admitido ser el autor de unas publicaciones en las que aseguraba haber recibido presiones, aunque ha negado haber sido «contaminado» por información exterior.
La defensa ha defendido que el jurado permaneciera en el tribunal popular, al no haber compartido ni recibido información concreta sobre el caso.
Este miembro del jurado se puso en contacto con el magistrado hace una semana para informarle de que se arrepentía de haber apoyado la declaración de culpabilidad –los 12 miembros del jurado acordaron por unanimidad esta decisión–, aunque en un primer momento el juez desestimó la petición para tomarle declaración.
Días después el magistrado Dennis Bayley atendió la petición de la Fiscalía y ordenó una vistilla, durante la que el jurado respondió únicamente a las preguntas del juez.