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La historia de la canción de Nate Phillips

La imagen de un grupo de jóvenes de un colegio católico de Kentucky que, al grito de «¡Construir el muro!», se mofa del anciano líder indio Nate Phillips retrata la atmósfera que se respira en EEUU. Leonard Peltier, indio Lakota que lleva 42 años preso, explica en una carta que GARA traduce lo que significa la canción que canta su amigo y compañero.

Acabo de ver el incidente en Washington DC en el que una confrontación entre los representantes blancos de “Make America Great Again” (MAGA) y un anciano nativo que cantaba una canción religiosa dio un giro terrible. Hubo amenazas e insultos por parte de unos jóvenes sinvergüenzas que usaban gorras rojas de MAGA, mientras que un anciano, Nate Phillips, que es mi amigo y compañero desde hace mucho tiempo, estaba cantando. Veo a los medios de comunicación y a la gente cambiarlo todo como si fuera culpa del anciano nativo.

Déjenme explicarles la historia de la canción.

El pueblo de los Cheyenne del Norte le dio en 1972 esta canción al Movimiento Indígena Estadounidense [en inglés, American Indian Movement o AIM] para un himno de honor, después de la ocupación de 71 días del sepulcro de Wounded Knee, que ahora es un sitio conmemorativo, propiedad de una persona blanca... ¿Pueden creer eso?

Wounded Knee es un área sagrada para los Lakota, donde fueron asesinados más de 350 ancianos, hombres, niños y mujeres con bebés aún por nacer. Hay relatos documentados de soldados que se oponían al asesinato de bebés, sin embargo, había soldados de la Caballería montando sus caballos alrededor de los terrenos de la masacre agitando sus espadas con bebés muertos sobre ellas. Los Lakota que se habían desarmado unilateralmente entregaron sus armas de piedra, hachas, arcos, flechas y lanzas al Séptimo de Caballería, y levantaron las banderas blanca de la paz y la estadounidense después de una tregua acordada con ellos.

El líder de los Lakota era un jefe de paz llamado Bigfoot. La Caballería estaba fuertemente armada con cañones portátiles, rifles, bayonetas de acero, cuchillos y pistolas. Después de que los cautivos fueran alimentados y convencidos de que estaban a salvo y los bebés comenzaran a calmarse e irse a dormir bajo sus ropas ahora cálidas, no vieron ni escucharon lo que iba a suceder. La Caballería, como ladrones y violadores en la oscuridad de la noche, los rodeó con esas armas mortales. Temprano a la mañana siguiente, el 25 de diciembre –¿no es ese el cumpleaños de su Dios cristiano Jesús?–, tras haber dado a los nativos su último desayuno, comenzaron a masacrarlos, matando a todos los que de alguna manera no pudieron escapar.

Un par de décadas antes, este mismo Ejército de violadores de niñas y niños y asesinos de personas indefensas rodearon a una banda pacífica de Cheyennes del Norte en Sand Creek y cometieron el mismo acto. Tras acercarse a ellos bajo dos banderas, la americana y la blanca de la paz, les dieron las banderas a los nativos, con la promesa de que si las exponían y ondeaban el Ejército nunca los atacaría. Sin embargo, más de una docena de soldados recibieron medallas del más alto honor del Gobierno estadounidense por ese acto de genocidio. Y llamaron a la masacre una gran victoria de guerra. ¡Hoy lo llaman “Make America Great Again”!

Más o menos una década después, estas mismas Caballerías asesinas, junto con docenas de ojeadores y traidores Crow, atacaron otra vez durante la ceremonia religiosa del Baile del Sol en Little Big Horn o Greasy Grass Creek, como los nativos lo llamamos. Solo que esta vez Crazy Horse y muchos otros jóvenes y poderosos líderes de guerra (los llamamos los «portadores de camisas» de las naciones Lakota) y sus aliados, los Cheyenne, estaban en el campamento protegiendo a la gente, armados solo con hachas de piedra, arcos y flechas contra un armamento superior. Defendieron y eliminaron a Custer y su banda.

En el camino de regreso al campamento, los jóvenes y heroicos guerreros Cheyenne hicieron la canción que ahora se conoce como «la canción AIM» y llegaron al campamento cantándola; las mujeres y los hombres se unieron y todo el campamento empezó a cantarla.

La canción agradece al Gran Espíritu por permitir que nuestros jóvenes sean lo suficientemente valientes y bravos para luchar y proteger a los niños pequeños, a las mujeres, a los bebés por nacer, a las mujeres y hombres de edad avanzada y a nuestros líderes. Agradecían cantándola al Gran Espíritu por darnos la fuerza para salvar a nuestros hijos con la valentía que nos brindó. Gracias por mostrarnos tu amor por nuestros pueblos. Te pedimos que nos des paz con estas personas que solo quieren la guerra y matar a nuestras Naciones y Pueblos. Este es el significado de las palabras de «la canción AIM».

Ese joven (con la gorra roja MAGA) se quedó allí actuando como si se estuviera burlando de nuestro líder religioso y sonriendo como si fuera superior. Alguien debería haber estado allí para recordarle lo que les sucedió a más de veinticinco niños de las naciones Navajo en la escuela católica hace unos quince años. Niños nativos fueron violados y los sacerdotes responsables recibieron como castigo un traslado a otra iglesia. La mayoría de las escuelas de internos para los indígenas incluso tenían sus propios cementerios. ¡Algunos con hasta 200 tumbas sin marcar! Esto es lo que exigían esos jóvenes MAGA: regresar a aquellos días en que América era grande.

En el espíritu de Caballo Loco.

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