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Declarado culpable de homicidio el acusado del crimen de los Corralillos de Iruñea

El jurado popular que ha enjuiciado el crimen perpetrado en Iruñea en septiembre de 2017 en el aparcamiento junto a los Corralillos ha declarado al acusado culpable de un delito de homicidio con la concurrencia de la eximente incompleta de legítima defensa.

El fallo del jurado, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, se ha dado a conocer este jueves en el Palacio de Justicia de Nafarroa, informa el Tribunal Superior de Justicia.

Tras el veredicto, la fiscal ha solicitado a la magistrada presidenta del juicio que imponga al procesado una pena de 8 años de prisión, la misma que reclamaba al comienzo de la vista oral.
 
La acusación particular, ejercida por los padres y el hermano de la víctima, Daniel de la Fuente Velado, que con anterioridad al juicio solicitaba 20 años de prisión por un delito de asesinato, ha pedido hoy una condena de 9 años, 11 meses y 29 días, la máxima pena posible en virtud del veredicto del jurado.
 
Por su parte, la defensa, que en sus conclusiones reclamaba la absolución al entender que concurrían las eximentes completas (circunstancias que liberan de responsabilidad penal) de legítima defensa y miedo insuperable, ha pedido una pena de 2 años y 6 meses de prisión.
 
La sentencia será dictada en los próximos días por la presidenta del tribunal del jurado, magistrada de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra.

Los hechos ocurrieron en la madrugada del 18 de septiembre de 2017 en Iruñea, cuando el acusado, tras discutir con su esposa en su domicilio, se encontraba durmiendo en su furgoneta, estacionada en el aparcamiento de los Corralillos del Gas, y sobre las 2,30 horas el otro hombre se introdujo en el vehículo.

El escrito del fiscal reconocía que el intruso «de forma sorpresiva comenzó a golpear» al acusado, lo que derivó en un forcejeo entre ambos durante unos 20 minutos, hasta que el acusado arrinconó al otro junto al asiento delantero y anudó uno de los cinturones de seguridad del vehículo al cuello de su atacante y lo asfixió.

También revelaba que, como consecuencia de los golpes propinados por el fallecido, el acusado sufrió la rotura de los huesos de la nariz, además de otras contusiones y heridas.