La Gran Via de Barcelona ha vuelto a ser el escenario de una multitudinaria manifestación, en esta ocasión en contra del juicio al independentismo catalán iniciado esta semana en el Tribunal Supremo. Decenas de miles de personas (200.000 según la Guardia Urbana de la ciudad condal) han acudido al llamado unitario de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Òmnium Cultural, JxCat, ERC, la CUP y Catalunya en Comú, entre otros.
Tras una pancarta en la que podía leerse «La autodeterminación no es delito», la cabecera de la manifestación ha recorrido parte de la avenida hasta llegar a la plaza Universitat, donde la marcha ha concluido con las intervenciones de algunos de los convoncantes. Los gritos a favor de la libertad de los presos políticos, de la independencia, y de la unidad soberanista han dominado la marcha, para la que se han fletado, desde el resto de Catalunya, unos 300 autobuses.
«Habéis convertido la Gran Via en un muro humano. Sí, señor fiscal, somos un muro de disidentes, de hombres y mujeres libres llenas de dignidad y autoestima, la misma que tienen nuestros presos políticos ante el Supremo», ha apuntado el vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri.
Tras él ha intervenido la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, que ha reclamado aprender de las «artes marciales» y «devolver contra ellos, como un bumerang, este golpe que nos quieren dar». «¡El jueves huelga general y el 16 de marzo todos a Madrid, a la capital del Estado!», ha concluido Paluzie.
En el acto final también han tomado la palabra, entre otras, una representante de los Comités en Defensa de la República (CDR) –ha subrayado la importancia de la huelga general de la semana que viene– y Montserrat Bassa, hermana de Dolors Bassa, una de las juzgadas estos días en el TS. «Hoy volvemos a demostrar que somos gente pacífica, la misma gente que sufrió la violencia del Estado mientras depositaba un voto en una urna», ha clamado.
Por su parte, el president, Quim Torra, pidió al inicio de la manifestación al Gobierno español «que escuche al pueblo catalán; no se puede gobernar sin escuchar a Catalunya». También ha advertido de que si el Parlamento Europeo niega la entrada a Carles Puigdemont el próximo lunes, buscarán un lugar con un aforo todavía mayor para realizar la conferencia prevista.