Coincidiendo con la primera sesión matinal de la semana después del empate in extremis en Soria, Rubén García ha correteado por uno de los campos de Tajonar en compañía de uno de los fisioterapeutas por espacio de varios minutos, lo que no deja de ser un buen síntoma. Sin embargo, no ha tocado balón y mucho menos ejercitarse con el resto de sus compañeros, claro indicio de que todavía le queda cierto camino por recorrer para volver a los terrenos de juego.
Previamente, el jugador levantino ha trabajado en el gimnasio, retirándose después de probarse en carrera continua hacia vestuarios con sensaciones, en principio, más positivas de lo que cabría esperar dada la relativa cercanía de su dolencia. Ello invita al optimismo y a que los servicios médicos no lo consideren descartado para el duelo ante el Zaragoza, aunque cosa bien distinta será si el técnico, Jagoba Arrasate, quiere exponer con uno de sus jugadores fundamentales ante el riesgo de una posible recaída.
Algo más de tiempo va a necesitar Lillo para volver a jugar. Tanto él, como Luis Perea y Javi Martínez, han realizado trabajo individual con aumento progresivo de la carga. El lateral alicantino va a llevar a cabo a lo largo de toda la semana trabajo específico para alcanzar el nivel físico del resto de la plantilla, ya que se considera que parte como si fuera un futbolista que llega en pretemporada. Si su progresión es la adecuada, es muy probable que este domingo se incorpore ya al resto del grupo.
Ardanaz, el último en hablar
En otro orden de cosas, prosigue la campaña de los dirigentes del club por influir en la masa social en favor de la reforma integral del estadio. Si hace unos días fue la Comisión de Control Económico la que habló de las bondades de esta última, en detrimento de la básica, hoy le ha tocado el turno al gerente, Ángel Ardanaz, de hacer lo propio, con la particularidad de que el proceso electoral ya lleva dos días iniciado.
Ardanaz, que ha repetido la misma cantinela de datos ya conocidos desde hace bastantes semanas, ha asegurado que los rectores de la entidad rojilla «no contemplan» la posibilidad –«sería un paso atrás», ha dicho– de que la Asamblea de Socios Compromisarios no autorice el endeudamiento del club –para su aprobación se necesitan dos terceras partes–, que se iría hasta los 23 millones de euros. «Entendemos que, si no autoriza el endeudamiento, habrá que plantearle a la asamblea otro tipo de financiación», ha especificado.
Ha añadido que con un arco de entre 2.000 y 3.000 nuevos socios se podría abonar la mitad de la cuota del préstamo que se debe pedir, si bien al ser interpelado sobre qué datos tiene el club para contemplar dicha posibilidad, se ha remitido a la posibilidad de que el equipo ascienda a Primera.
Al mediodía de hoy, los datos que barajaba Osasuna sobre el porcentaje de participación de las socias y socios que estaban votando on line ascendía al 26%, lo que da una cifra total de casi 2.900 sufragios.