Ramón Sola

Beitialarrangoitia denuncia en el Congreso el caso de Sara Majarenas e Izar

La diputada de EH Bildu Marian Beitialarrangotia ha aprovechado un debate en el Congreso sobre violencia machista para revelar a la opinión pública española la situación de la exprisionera Sara Majarenas y su hija Izar, narrando tanto el ataque que dejó malherida a esta como la «insensibilidad» judicial posterior y la vigilancia que ahora sufren tras ser excarcelado el agresor.

El Pleno del Congreso de los Diputados aborda hoy una iniciativa de reforma legal sobre la violencia machista, y es ahí donde Marian Beitialarrangoitia (EH Bildu) ha llevado a la tribuna los antecedentes y la situación actual de Sara Majarenas y su hija Izar. Mostrando una foto de ambas sonrientes a su vuelta a Donostia, la diputada ha narrado un caso que pasa totalmente desapercibido, pese a su gravedad, para la opinión pública española. Ocurrió antes y también ahora, al no tener proyección mediática fuera de Euskal Herria.

Beitialarrangoitia ha explicado a la Cámara cómo la niña fue apuñalada por su padre en un permiso carcelario, lo que estuvo a punto de costar la vida a Izar, y cómo en momentos tan delicados para ella y su madre se constatió «la insensibilidad del sistema penitenciario y judicial». Además de denegar la libertad a Majarenas, que ya estaba a punto de agotar toda su condena, la única medida adoptada finalmente fue mantenerlas juntas en un centro de Madrid después de que la niña cumpliera tres años, circunstancia que en otros casos aboca a la separación madre-hija.

Libres ya ambas y en casa, ha recordado que su «amplia sonrisa» se ha empañado ahora con la excarcelación del agresor, justificada por la jueza de Picassent en que el juicio se demora y la prisión provisional es una medida «excepcionalísima». «Ya podía ser así siempre, la verdad», ha ironizado Beitialarrangoitia, citando el caso de los líderes catalanes o de los jóvenes de Altsasu.

El escándalo se completa, según ha explicado también la diputada independentista, con la imposición de medidas de control telemático y policial a Sara e Izar, cuando es el hombre quien supone «un peligro para la sociedad. Hay que acabar con este tipo de cosas», ha concluido entre aplausos.