El presidente de Senegal, Macky Sall, ha ganado las elecciones presidenciales del pasado domingo con el 58,27% de los votos, según los resultados provisionales. Con más de 2,5 millones de papeletas, Sall ha logrado un segundo mandato de cinco años y ha evitado una segunda vuelta al adjudicarse más de la mitad de los sufragios.

El mandatario se ha impuesto a sus dos rivales más importantes: el exprimer ministro Idrissa Seck, y el diputado y aspirante «antisistema», Ousmane Sonko, que han obtenido, respectivamente, el 20,5% y 15,67% de los votos.

Se trataba de unos comicios reñidos en los que no estaban claros los resultados y no se descartaba la posibilidad de una segunda vuelta.

Los cuatro candidatos que compitieron con Sall en las urnas (Idrissa Seck, Ousmane Sonko, Issa Sall y Madické Niang) rechazaron los resultados provisionales. Y aunque disponen de 72 horas para presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional, encargado además de validar los resultados definitivos, han adelantado que no lo harán.

«Presidente por defecto»

Sall, presidente de Senegal desde la independencia del país de Francia en 1960, llegó al poder en 2012 en unas polémicas elecciones en las que se ganó el apelativo de «presidente por defecto» porque fue elegido al ser la única alternativa real a Abdoulaye Wade, que llevaba en el poder desde 2000 y aspiraba a un controvertido tercer mandato en incumplimiento de la Constitución, que estipula un límite de dos.

Entre las medidas que ha impulsado destaca el referéndum constitucional de 2016, por el que se restauró el mandato presidencial de cinco años, en lugar de siete. También se han reducido los cortes de luz, que ocasionaron en 2010 y 2011 revueltas, y se han promovido las infraestructuras.

Sin embargo, sus detractores le acusan de vender sectores estratégicos a empresas extranjeras, de mal uso del dinero público y de reprimir a la oposición.