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Insisten en presentar a Bouteflika pese a la ola de protestas masivas

La posibilidad de que Abdelaziz Bouteflika optara a un quinto mandato consecutivo desató hace once días una ola de protestas masivas sin precedentes en las últimas dos décadas en Argelia. El país contuvo ayer la respiración ante la posibilidad de que renunciara a hacerlo, pero el registro de su candidatura acabó con la esperanza de miles de argelinos. Bouteflika ha prometido elecciones anticipadas y un referéndum constitucional si resulta elegido el 18 de abril.

Desde que el Gobierno anunció la intención de Abdelaziz Bouteflika de presentarse a la reelección presidencial, Argelia ha sido sacudida por protestas que han sacado a las calles del país a decenas de miles de personas, a pesar de la prohibición específica de ese tipo de manifestaciones. Pero la presión ciudadana no ha logrado evitarlo. Una horas antes de que finalizara el plazo para el registro oficial de las candidaturas para las elecciones del 18 de abril, un representante del presidente saliente la depositó en su nombre, dando al traste con los rumores que no descartaban una posible renuncia a optar a un quinto mandato y con las esperanzas de miles de argelinos.

Bouteflika, sin realizar apariciones públicas desde que en 2013 sufrió un ictus que le ha dejado muchas secuelas, había hecho público el sábado su patrimonio, como exige la ley electoral, lo que apuntaba que haría efectiva su candidatura desde el hospital de Ginebra en el que está ingresado desde hace una semana. Pero también sorprendió al despedir a su jefe de campaña, el ex primer ministro Abdelmalek Sellal, su aliado durante muchos años, que fue sustituido por el actual ministro de Transportes, Abdelghani Zaalane, en lo que se interpretó como un intento de calmar las protestas .

Zaalane registró la candidatura de Bouteflika a última hora de la tarde en el Consejo Constitucional. Inmediatamente, el presidente saliente publicó una carta en la que dice que, si consigue revalidar su mandato el 18 de abril, convocará inmediatamente una Conferencia Nacional Independiente donde se planteará la opción de «celebrar unas elecciones anticipadas» en una fecha que no determinó para elegir a su sucesor, ya que no él no concurrirá. Se compromete también a «estudiar una revisión de la Constitución a través de un referéndum».

Bouteflika asegura en su carta entender las protestas y subraya que «si el pueblo argelino me renueva su confianza, asumiré la responsabilidad histórica de hacer realidad su exigencia fundamental, es decir, el cambio del sistema».

Aunque no hayan podido evitar que el Ejecutivo y el gobernante Frente de Liberación Nacional (FLN) hayan insistido en presentar Bouteflika, que el sábado cumplió 82 años, es difícil saber si tras las movilizaciones de los últimos días se producirán cambios en el país, al margen de las promesas del presidente saliente en su carta.

Otros seis aspirantes

Además de Bouteflika, otros seis aspirantes optarán a la Presidencia. Son el exministro de Turismo y presidente del movimiento islamista Al-Binaa, Abdelkader Bengrina; el antiguo miembro del gobernante FLN Abdelaziz Belaid; Ali Zeghdoud, presidente del pequeño partido Concentración Argelino (RA); el exgeneral Ali Ghediri; el líder del partido Victoria Nacional, Adul Mahfudh, y el independiente Abdelhakim Hamadin.

Tres figuras importantes de la oposición han decidido renunciar. Se trata de la presidenta del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), Luisa Hanun, y de Abdelrrazek Makri, líder del principal partido de tendencia islamista autorizado en Argelia, el Movimiento Social por la Paz (MSP). Junto a ellos, Ali Benflis, primer ministro entre 2000 y 2003 y luego principal adversario electoral de Bouteflika en 2004 y 2014.

Benflis, el PT y el MSP se suman así al boicot electoral instigado por las otras dos grandes formaciones de oposición, la Agrupación por la Cultura y la Democracia (RCD), y el Frente de las Fuerzas Socialistas (FFS).

Antes de conocerse la confirmación de Bouteflika, miles de manifestantes volvieron a tomar las calles y cientos de estudiantes ocuparon campus universitarios en diversos puntos del país. Hubo también protestas de argelinos en las ciudades francesas de París y Marsella.