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Netanyahu insiste en que Israel solo es el Estado de los judíos y no de todos sus ciudadanos

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha asegurado que Israel no es un Estado de todos sus ciudadanos sino exclusivamente del pueblo judío, ante las críticas contra su partido por presentar a su rival electoral como un peligro si se alía con partidos árabes.

Benjamin Netanyahu en una visita a la frontera con Egipto. (JIm HOLLANDER/AFP)
Benjamin Netanyahu en una visita a la frontera con Egipto. (JIm HOLLANDER/AFP)

«Israel no es un Estado de todos sus ciudadanos. De acuerdo con la Ley Básica que hemos aprobado, Israel es el Estado Nación del pueblo judío, y solo suyo», ha publicado Netanyahu en sus redes sociales en respuesta a las críticas de la reconocida modelo israelí Rotem Sela.

Sela cargó en su cuenta de Instagram contra la ministra de Cultura, Miri Regev, quien había alertado de una posible alianza entre la coalición centrista Azul y Blanco con partidos árabes. La coalición Azul y Blanco está empatada en las encuestas con el Likud de Netanyahu.

«Y ¿cuál es el problema con los árabes? Por Dios, hay también ciudadanos árabes en este país», dijo la modelo sobre el 20% de la población –palestinos y descendientes que se quedaron dentro de las fronteras de Israel tras su creación en 1948–.

Netanyah ha replicado hoy con un mensaje a la modelo en el que volvió a alertar sobre su rival Beni Gantz, líder del partido Resiliencia para Israel, que tras aliarse con el Yesh Atid, del diputado Yair Lapid, y Telem, del exministro de Defensa Moshé Yaalón, han posicionado a la coalición Azul y Blanco como una alternativa real al Ejecutivo de Netanyahu.

«Como usted escribió, no hay ningún problema con los ciudadanos árabes de Israel: todos tienen igualdad de derechos y el Gobierno del Likud ha sido el más comprometido con el sector árabe que cualquier otro Gobierno», defendió el primer ministro israelí, en plena campaña electoral y acusado por la Fiscalía por tres casos de corrupción.

La Ley del Estado Nación, aprobada el año pasado y calificada de racista, otorga el derecho de autodeterminación solo al pueblo judío y retira el estatus de cooficialidad a la lengua árabe.

Además, el primer ministro israelí volvió hoy a plantear las elecciones del próximo 9 de abril como una disyuntiva entre la derecha y lo que él denomina una izquierda débil. «El Likud solo quería aclarar la cuestión central en estas elecciones: o un gobierno de derechas fuerte encabezado por mí o un gobierno de izquierdas de Yair Lapid y Gantz con el apoyo de los partidos árabes», defendió. E insistió en considerar la participoación palestina como un peligro, al subrayar  que Lapid y Gantz «no tienen otra forma de establecer un Gobierno», que no incluya una alianza con los partidos árabes, y advirtió de que «dicho gobierno socavaría la seguridad del Estado y de los ciudadanos». «La decisión, en un mes en las urnas», concluyó Netanyahu.