En conferencia de prensa para ofrecer un balance de la IX Legislatura que ayer acabó, Aznarez ha subrayado el trabajo realizado, con «cifras récord» de 8.213 iniciativas tramitadas, de las que 106 han sido leyes con las que se ha querido «avanzar en los derechos de la ciudadanía».

Ha enmarcado estas cifras en el primero de los tres ejes destacados a su juicio de la legislatura, como han sido «la capacidad de acuerdo entre diferentes», el «inicio de una nueva época» y «la conquista social del Parlamento como institución».

En el primer apartado, ha recordado que el liderazgo de las iniciativas legislativas ha correspondido al cuatripartito que sostiene al Gobierno, «cuatro partidos que entendimos, a pesar de las diferencias a la hora de encarar proyectos, la necesidad de avanzar en otros temas que nos unían».

«Hemos puesto la capacidad de diálogo y de búsqueda de acuerdo entre 26 parlamentarios para sacar adelante iniciativas, leyes, políticas que redundan en el bienestar de nuestra ciudadanía, en su progreso, en la calidad democrática de nuestros servicios», ha dicho.

Ha sido esta la base del trabajo de «cuatro partidos diferentes» que han sido «capaces de entender qué era prioritario para la gente» y qué tenían que «recuperar tras una legislatura fallida, la octava, con presupuestos prorrogados y privatizaciones de servicios públicos».

Esta labor de consenso se ha materializado en 8.213 iniciativas, 2.000 más que en la anterior legislatura, «que ya fue profusa», y entre las que destacan 106 leyes aprobadas, con importancia destacada «en cuanto a derechos sociales conquistados o ampliados», ha señalado Aznarez, tras ejemplificar en ellos las leyes de igualdad, de LGTBI+, la compilación del Fuero Nuevo o la Ley de Contratos Públicos.

A su juicio, todo ello «no es más que el inicio de una nueva época en la que dejamos atrás el bipartidismo, los mandatos unitarios, y se impone el diálogo y la búsqueda de acuerdos como el único medio de dar estabilidad a un Gobierno y un Parlamento y que esto redunde en el bien de la ciudadanía».

«Este es el mandato de la sociedad, el del diálogo y del acuerdo», ha dicho tras mostrar su satisfacción porque «los peores augurios» de la oposición sobre su supuestas discrepancias no se han cumplido y «hemos aprobado cuatro Presupuestos Generales de Navarra» entre otras muchas leyes, que dejan un «horizonte esperanzador» que deberá cumplirse con la implantación e incidencia en la ciudadanía.

El tercer eje de la legislatura es que «se ha producido la conquista social del Parlamento como institución», ha considerado su presidenta, que al respecto ha glosado las iniciativas de apertura a la sociedad, especialmente con la celebración de sesiones de trabajo en la que numerosos colectivos sociales han podido exponer en la Cámara sus circunstancias.

Ha sido este un Parlamento «al que se le ha oído latir el corazón cada vez más» en la sociedad, pero también en el aspecto interno, ya que se han mejorado las condiciones de sus propios trabajadores (salariales y de horarios), se ha reducido el gasto de papel y de «prebendas» a los parlamentarios, ha señalado.

La renovación de su sistema de votación y de grabación y transmisión, que comenzará ahora en el período de descanso entre ambas legislaturas y que se ha visto retrasado por el «entramado burocrático», es muestra también de la transparencia deseada.

Preguntadas por los «peros» de la legislatura, Aznarez ha reconocido «uno muy grande», como es la fallida reforma del Reglamento de la Cámara, cuya ponencia «no ha tenido la capacidad ni la voluntad política» que espera que sí se retome a partir de junio.

En cuanto a su experiencia personal, ya que a punto estuvo de perder la presidencia de la Cámara cuando el grupo de Podemos por el que fue elegida se dividió, Aznarez ha asegurado que ha sido «positiva» porque entiende que ha cumplido «el compromiso» que asumió con la ciudadanía.

«Las diferencias existen en todos los grupos. Nuestra situación ha sido un poco complicada pero el reglamento nos ha dado la razón y al final aquél acuerdo que tomamos en mayo de 2015, aquellos dos meses que nos llevó de tiempo llegar a un buen acuerdo programático, lo hemos cumplido», ha señalado sin nombrar expresamente los votos del resto del cuatripartito que impidieron que perdiera la presidencia.

Preguntada por la posibilidad de repetir al frente del Legislativo, algo en lo que sería pionera en Nafarroa, ha contestado con un «quién sabe, siempre hay una primera vez», aunque ha indicado que el trabajo ahora es el de concurrir a las elecciones con las propuestas.