La ceremonia de abdicación de Akihito, el emperador 125 de Japón, ha tenido lugar en una de las salas del Palacio Imperial, en el distrito Chiyoda de la capital nipona.
El primer ministro Shinzo Abe, como representante del pueblo japonés, ha sido el encargado de proclamar la abdicación. En su discurso, ha destacado la época de paz que ha vivido el país durante las tres décadas en las que Akihito que ha estado al frente del Trono del Crisantemo. «Ha hecho sus tareas con todo el corazón y también ha cumplido con responsabilidad su papel como símbolo de la unidad de Japón y del pueblo japonés», ha añadido.
Akihito ha tomado la palabra para subrayar que se siente «afortunado» y que ha desarrollado sus funciones «con un profundo sentido de confianza y de respeto hacia el pueblo».
Formalmente, Akihito seguirá siendo emperador hasta la medianoche de este martes. La proclamación de su sucesor y primogénito, Naruhito, se llevará a cabo en la madrugada de este miércoles, hora de Euskal Herria.
Akihito, de 85 años, anunció en agosto de 2016 que su edad y problemas de salud le impedían cumplir sus funciones como emperador. Las leyes niponas no conceden ningún papel político al emperador, pero sí es una figura con un importante papel como es símbolo del Estado japonés y de su unidad.