El preso gravemente enfermo Txus Martín soporta un atosigante control por parte de agentes de la Ertzaintza desde que fue trasladado desde la prisión de Zaballa al Hospital de Basurto, donde se recupera de la intervención quirúrgica a la que fue sometido ayer a la mañana para sustituirle la válvula aórtica y una porción ascendente de la arteria que le provoca una pérdida de función del ventrículo izquierdo. Dada la naturaleza de la operación, el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria le concedió un permiso extraordinario de salida por siete días, prorrogable en función de la evolución de su estado.
A pesar de la delicada situación, Martín fue trasladado desde la cárcel alavesa al centro sanitario bilbaino fuertemente escoltado y esposado. Una vez en la habitación de Basurto, ubicada en una tercera planta, cinco ertzainas le escoltaron permanente en su interior mientras estaban dos familiares. Además, impidieron a la compañera del preso acompañarle la noche del lunes, cuando las normas del hospital lo permiten, y tan solo dejaron comunicar a familiares directos.
El agobiante control policial se mantuvo ayer a la mañana cuando un ertzaina entró al quirófano donde el basauritarra iba a ser intervenido. Tras varias horas de operación, ya en un box de reanimación, un agente permaneció al pie de la cama del paciente mientras otro se apostó en la puerta.
Ante la situación que están viviendo Txus Martín y sus allegados, su abogado remitió un escrito al juzgado para solicitar que cese la «intolerable presión policial», que entiende anula el auto de la Audiencia Nacional en el que se otorgó el permiso. En su caso, se propone una custodia discreta y fuera de la habitación durante la hospitalización del preso que, si no surgen complicaciones, será de 10 a 15 días, los 2 o 3 primeros en una unidad de cuidados intensivos.
El letrado manifiesta que, dada la situación del paciente, el actual despliegue policial «carece de sentido» y es «desproporcional» en los términos en que se está produciendo. Considera que Martín y su familia están viendo vulnerados sus derechos fundamentales «y supone de facto encontrarse en una situación peor que si hubiese ido en calidad de preso sin permiso». Apunta, además, que este preso gravemente enfermo ha tenido varios ingresos hospitalarios y «nunca» ha tenido policías en el interior de la habitación.
En el escrito, expone que no se está respetando la legalidad respecto a visitas o comunicaciones a presos en centros hospitalarios ni el derecho a la intimidad. Asimismo, incide en la situación de tensión que soporta este enfermo con problemas cardíacos y siquiátricos.
Por lo que se está viviendo en Basurto, LAB solicitó una reunión de urgencia con la consejera de Salud, Nekane Murga, para abordar lo que entienden una vulneración de derechos universales. Lo plantearon después de tratar de hablar con el gerente del hospital «pero este no ha querido hacer nada».
Sortu denunció «la falta de humanidad» y exigió al Departamento de Seguridad que permita a Martín disfrutar del permiso extraordinario en los términos dictados por el juez, «sin ningún tipo de presión ni presencia policial cercana». En un comunicado manifestaron que este tipo de actitud «no ayuda a construir esos escenarios de paz y convivencia que anhela la sociedad vasca»
Desde Sare reclamaron que se permita al preso basauritarra «poder vivir» este proceso médico «en condiciones dignas y con la tranquilidad y el apoyo familiar que cualquier enfermo necesita ante una operación». «Los presos gravemente enfermos que reciben su tratamiento en condiciones dignas, con el apoyo de sus familiares y en sus hogares –añadieron–, tienen más posibilidades de hacer frente a sus enfermedades».