Aritz INTXUSTA
IRUÑEA

La UPNA empezará a formar a sus primeros médicos en setiembre

La ANECA ha dado el visto bueno al Grado de Medicina en la Universidad Pública de Iruñea. Nafarroa era la única comunidad que no ofertaba estos estudios en el sistema público, junto con La Rioja. Esto, en buena medida se debía a la particular relación con la universidad del Opus, que tenía el monopolio en esta materia.

Abrir un Grado de Medicina en la Universidad Pública entró en la prórroga. Aparecía en el punto 18 de lo tocante a la Sanidad del Acuerdo Programático. Y solo como posibilidad: «Abordar un debate político y social para estudiar la posibilidad efectiva de implantar una Facultad de Medicina en el ámbito público». Ese era el compromiso. Ayer se hizo público que la ANECA, el ente estatal que tiene que validar que los estudios revisten la suficiente calidad, daba el visto bueno. Los primeros médicos de la UPNA comenzarán a formarse en setiembre.

Serán 60 las plazas que se oferten. No debería haber problema para que se ocupen. Cada año, más de 80 alumnos se marchan a otros lugares a estudiar Medicina. Nekane Oroz, directora general de Universidades, detalló que buena parte acaban en la Universidad de Navarra, la privada. La siguiente preferencia es la UPV y la tercera opción, marcharse a Zaragoza.

Oroz destaca que, además, el porcentaje de alumnos que se lanzan a la carrera de Medicina es bastante menor que los que optan por carreras del ramo, como Enfermería o Fisioterapia, que sí se imparten en la UPNA. Esto parece indicar que el hecho de que los estudios de Medicina sean tan caros (bien porque hay que ir a un centro privado o abandonar Iruñea) echa atrás a ciertas familias. «La presencia de Medicina en la UPNA hará que se democratice este grado», defendió Oroz, convencida.

El papel de Oroz ha sido trascendental en la consecución de este logro. Ayer, se quejaba de que se ha hablado de esto demasiado en el Parlamento. Tanto Alberto Catalán por UPN, como Carlos Gimeno por el PSN han intentado vender que no se avanzaba y el grado se ha utilizado como arma arrojadiza.

«Se vendía que no hacíamos nada, pero el trabajo ha sido inmenso», confesaba Oroz ayer a GARA. La complicación estaba en coordinar el Departamento de Educación, el de Salud con las diversas áreas de la UPNA implicadas. El Complejo Hospitalario tiene que pasar a ser un hospital universitario, etc. Y todo ello con la dificultad añadida de que esta es la primera vez que el Gobierno navarro decide que la UPNA tiene que ofertar unos determinados estudios. Hasta ahora, siempre ha sido la UPNA la que decía al Gobierno qué nuevos títulos quería implementar.

Una puntilla histórica

Que Nafarroa no tuviera una formación pública para médicos es un hecho indisociable de la presencia de la Universidad del Opus en la ciudad. Durante toda esta legislatura, UPN defendió que este empeño constituía una especie de competencia desleal hacia el centro privado.

El monopolio de la enseñanza de Medicina por parte de la Universidad de Navarra ha marcado también la sanidad navarra, alimentando cierto sesgo ideológico entre los facultativos. Mari Kruz Landa, una de las ginecólogas que vivió la persecución de los ultracristianos por su militancia por el derecho al aborto, señaló a este medio que la apertura de un grado en la UPNA puede entenderse como la puntilla de ese control ideológico. No obstante, sostiene que la propia dinámica de los MIR han hecho que la influencia de este centro en Osasunbidea haya ido mermando, trayendo residentes de otros puntos del Estado.

Al final, según explica Landa, lo trascendente será que gracias a esto haya más médicos navarros, pues la propia dinámica de la universidad privada está más enfocada hacia atraer a estudiantes de otros puntos, a las élites, que a formar a alumnos locales.

María Solana, la consejera de Educación, explicó que falta que el Gobierno navarro formalice un último trámite. «No es que haya problemas para cumplimentar ese permiso –afirmó Solana–. Es que lo vamos a hacer encantados. Creo, sinceramente, que el cambio ha hecho historia. Y hemos llegado a tiempo para que todo pueda arrancar el curso que viene».