Maite UBIRIA

Macron ambiciona el «oro europeo» que ostenta Le Pen

El Frente Nacional ganó las europeas de 2014 y asestó un duro golpe al PS. Con todo, Hollande persistió con las reformas liberales, como hace hoy un Macron que, tratando de resurgir del caos social, ha saltado a la pista para disputar el triunfo a Marine Le Pen.

Las elecciones del 26 de mayo tienen elementos novedosos con respecto a los comicios europeos de hace cinco años en el Estado francés. El primero, nada banal, se refiere al modelo de escrutinio. Tras la experiencia de trocear el mapa hexagonal en ocho grandes circunscripciones, lo que dio lugar a la presentación de 193 listas en total y una media de 24 por distrito, el Gobierno de Emmanuel Macron ha decidido retornar al modelo de circunscripción única estatal.

Con todo, habrá récord de listas (33), lejos de la veintena de candidaturas que era la media habitual hasta 1999. Y es que «lo habitual» es un término que empieza a estar en desuso en política. De hecho, la votación del 26 de mayo está marcada, también en tierras galas, por la excepcionalidad del Brexit. Los electos entre los puestos 75 y 79 serán eurodiputados en el banquillo, ya que no saltarán al terreno de juego hasta que se haga efectiva (?) la retirada de Gran Bretaña de la Unión Europea.

Para mayor exotismo, la campaña gala arrancaba desde territorio rumano. Efectivamente, Emmanuel Macron aprovechó el Consejo Europeo para fijar su reto cara al 26M: arrebatar a Marine Le Pen el «oro» que consiguió en 2014. De este modo, el mandatario liberal trataba de refrescar la memoria del electorado y rebobinar la imagen de aquel «cara a cara» Le Pen-Macron antes de la segunda vuelta de las presidenciales en que la líder del FN hizo gala de su enorme insolvencia política. El reto reproduce, por lo demás, el esquema de los sondeos que dan un empate entre Le Pen y Macron.

El FN ganó las anteriores europeas con un 24,86% de los votos y 24 escaños. Una victoria largamente apetecida pero que, a la postre, dejó una fuerte resaca interna. Aquel podium no evitó, de hecho, la crisis y posterior refundación del partido como Reagrupación Nacional (RN), con expulsión incluida del padre. Ni el vértigo del colapso financiero, por distintas causas judiciales. La más sonada, ligada precisamente al uso irregular de fondos del Parlamento Europeo.

El PS, tapado, y la derecha alicaída

Con todo, Marine Le Pen entra en campaña confortada por su caracter referencial para la alianza ultra que se construye bajo la batuta del gurú Steve Bannon. Y, claro está, en mejor forma que la mayoría de sus oponentes. Por citar el caso más dramático, un PS a la fuga no colocará, por vez primera desde 1979, su sigla en una papeleta, sino que la cobijará en la plancha ciudadana «Ganas de una Europa ecológica y social» que encabeza el mediático ensayista Raphaël Gluksmann. La bandera ecologista tiene, por su parte, variados dueños, además de EE-Les Verts, casi tantos como la izquierda de la izquierda (con permiso de la France Insoumise).

A la derecha, Les Républicains se rebautiza como «Union de la derecha y el centro», todo un desideratum dada la fragmentación conservadora y los déficits de liderazgo de Laurent Wauquiez, rey por defecto desde la bajada a los infiernos de François Fillon.

Así las cosas, y aunque tras las primeras muestras de simpatía Marine Le Pen ha adoptado una posición más discreta con el movimiento de «chalecos amarillos», en sus cuentas entra transformar en votos el malestar con Macron que se ha apoderado de las calles en los últimos cinco meses. Pequeño hándicap para RN, dos listas portarán la «pancarta amarilla»: «Alianza amarilla, la revolución por el voto» y «Patriotas y chalecos amarillos unidos: por Francia, salgamos de la Union Europea», esta última impulsada por el ex lugarteniente de Marine Le Pen.

La «fiebre amarilla» y el frexit

Con la batalla ideológica sobre la permanencia de Francia en la UE chirriando en la casa ultraderechista, la lista del «ex» Florian Philippot busca aire en el flanco euroescéptico, donde se disputa el protagonismo toda una gama de ultrasoberanistas, caso de François Asselineau, candidato «revelación» en el debate a la presidencial, que enarbola el Frexit.

La apatía ciudadana y la dispersión del voto preocupan a los favoritos. También a Marine Le Pen. De ahí que no haya hecho ascos, de partida, al lance planteado por un Macron que trata de renacer de un largo periodo de caos social y de derrumbe en los sondeos. ¡Quién diría que sólo han pasado dos años desde que celebrara su investidura presidencial a los sones del himno de Europa!

 

bruselara baino herri bozetara begira dira Ipar euskal herrian

Michele Alliot-Marie zerrendaburu zela, UMPk irabazi zituen 2014ko bozak Ipar Euskal Herrian. 2019an, eskuinaren zerrendan lehen euskal ordezkaria 33. postuan ageri da: Didier Irigoin da, Behauzeko auzapeza. Bestalde, Sophie Bussiere abokatu baionarra Europe Ecologieko zerrendan 18.a da, eta Auzapezen Biltzarreko burua, Lucien Betbeder, 77.a. 2009an “Euskadi Europan” zerrendak 7.172 boz bildu zituen arren, EAJk ekologisten eskutik aurkezten den RPS federazioaren aldeko botoa eskatuko du M26an. 2020ko herri bozekin arduratuago, EH Baik Europari buruzko mezua helarazi bai, baina boto librea utziko du, aurrekoetan bezala. M.U.