La apuesta por la construcción de la nueva estación de Abando y la llegada del TAV ha sido constante por parte del Ayuntamiento de Bilbo en los últimos años. El PNV ha insistido en repetidas ocasiones en reclamar pasos al Gobierno español y durante la última legislatura han firmado acuerdos tanto con el PP como con el PSOE al frente del Ministerio de Fomento. Todavía no hay fecha fijada para la finalización de las obras, ni la entrada en funcionamiento del TAV, se habla de 2023 o 2024, y todo apunta a que habrá retrasos.
Lo que queda claro es que el TAV será la obra con mayor coste en los próximos veinte años en Bilbo. En una campaña en la que se repiten mensajes desde los partidos que conforman el Gobierno municipal sobre impulsar el conocimiento o el emprendimiento en la villa, la inversión más grande en Bilbo se la llevará la estación de Abando.
El pasado mes de febrero se aprobó el PGOU y, según publicada este domingo el diario ‘Deia’, calculan un gasto de 2.000 millones de euros en las obras que se contemplan llevar a cabo. La tercera parte, con un presupuesto de 767 millones, será para la estación de Abando. Habrá que ver a cuánto asciende finalmente, ya que en el último año los costes de la obra ya han subido unos 40 millones de euros.
La transformación urbanística que va a suponer la construcción de una nueva estación para el TAV en Abando llega acompañada también por otras inversiones institucionales en los alrededores. La Diputación de Bizkaia ha anunciado la adquisión de la torre del BBVA en la plaza Circular y franquicias internacionales están adquiriendo locales en la zona.
La variante de Errekalde, que los vecinos llevan años reclamando, es otra de las obras con mayor presupuesto. Calculan unos 168 millones de euros, mientras la Diputación de Bizkaia habría presupuestado unos 275 millones para la construcción de variantes para los accesos a la capital vizcaina. Asimismo, estiman en 260 millones, que deberá abonar el Gobierno español, el coste del desagüe subterráneo entre La Peña y Olabeaga.
Por hacer una comparación, el presupuesto del Ayuntamiento de Bilbo ha sido de 562 millones en 2018 y unos 1.200 millones es el de la Diputación de Bizkaia. Rementeria cifró en 600 millones el coste del túnel bajo la ría la semana pasada. Asimismo, el coste de la nueva estación de Termibus ronda los 20 millones y el plan de Zorrotzaurre se calculó en unos 50 millones en 2015. EH Bildu, Podemos y PP han reclamado durante esta campaña replantear este proyecto, e incluso, el candidato del PSE lo consideró en el debate en ETB2. Sin embargo, Juan Mari Aburto, candidato a la reelección como alcalde por el PNV, repite que no contemplan ninguna modificación.