A simple vista parece que en el GP de Canadá no ha sucedido nada extraordinario. El circuito Gilles Villeneuve no da opciones a muchos adelantamientos –que los ha habido, al contrario que en otros circuitos urbanos como, por ejemplo, Mónaco–, pero las últimas vueltas han sido de infarto debido a una sanciónde cinco segundos que ha arrastrado Sebastian Vettel por un error.
El alemán ha liderado la carrera de principio a fin, pero en la vuelta 48 se ha saltado la chicane de la 6-7 y Lewis Hamilton, que iba persiguiéndole, ha querido pasarle, pero Vettel ha contravolanteado y ha rectificado. No ha habido accidente de milagro. El Ferrari ha cerrado al muro al Mercedes y varios giros después los comisarios han sancionado a Vettel con cinco segundos.
Esto ha hecho que el de Ferrari fuese al límite en los giros restantes. Ha sido en vano, porque la diferencia final ha sido de 0:03.658 segundos, por lo que la victoria ha sido para Lewis Hamilton. El inglés incluso ha jugado con el alemán, mostrándose en el retrovisor del piloto de Ferrari, que ha cambiado de rival, puesto que también ha podido dejar escapar de las manos la segunda plaza.
Esa posición a punto ha estado de ser para su compañero Charles Leclerc, que finalmente ha cruzado la línea de meta a 0:06.038 segundos.
El alemán, ni corto ni perezoso, no ha tenido reparos en dirigirse enfadado a los comisarios para pedirles explicaciones y, seguido, al pasar por los tres coches del podio, cambiarles el orden de entrada –le ha quitado el 1º al Mercedes para ponérselo a su Ferrari–.
En el GP de Canadá también se ha visto a Romain Grosjean quitándose trozos de fibra de carbono ¡con la mano! después de un toque o el abandono de Lando Norris con uno de los neumáticos en llamas tras romper la suspensión trasera porque sus frenos se han sobrecalentado.