Pablo RUIZ DE ARETXABALETA

«La crisis climática no es un problema ambiental»

La crisis climática no es un tema ambiental. es político, económico, de salud, de movilidad, son conflictos internacionales, migraciones... uno de los cursos de verano de la ehu-upv ha analizado la necesidad de que los medios renueven mensajes, terminología y formatos.

Setenta activistas de Extinction Rebellion fueron detenidos el pasado sábado en Nueva York en una protesta ante la sede de “The New York Times”. Exigían al diario informar sobre la emergencia climática para que la gente pueda pedir respuestas más radicales.

El activismo ya no solo señala la responsabilidad de empresas o gobiernos, sino también de medios de comunicación, sobre los que ha puesto el foco esta semana la Escuela de Comunicación Ambiental de los cursos de verano de la EHU-UPV, en la que han participado periodistas, educadores y ecologistas analizando los nuevos mensajes y medios necesarios para hallar un equilibrio entre un alarmismo que desmoviliza y una alerta que genere una respuesta contra el cambio climático.

El periodista Juan López Rico admitía «incluir cierta dosis de catastrofismo». Una ecuación compleja de conjugar con mensajes positivos que hagan atractivo el discurso.

«Hablar con claridad, con dureza pero acompañado de alternativas», para no fomentar un miedo que conduce al negacionismo, señalaba el investigador Rogelio Fernández Reyes.

Otra disyuntiva: Una sección fija que garantice la presencia del problema en los medios frente al peligro de que quede arrinconada y no llegue a las páginas principales. Porque una de las conclusiones compartidas fue que debe ser un tema transversal que pase por todas las secciones. En palabras de la profesora Gemma Teso, la crisis climática «no es un problema ambiental», una definición que puede percibirse como algo ajeno mientras que se trata de hacerlo un problema cercano.

«Es el tema político, el tema económico, el tema científico, el tema social y ecologista», añadía Fernández Reyes.

Youtubers

El debate reflejó también cómo la demanda de especialización de los periodistas choca con un sector golpeado por la crisis, «redacciones en chasis» y «medios en manos de grandes empresas». Contrarrestar bulos y noticias falsas y utilizar nuevos formatos –desde realidad aumentada hasta vídeojuegos, series de televisión o youtubers– son otras de las nuevas exigencias ante la urgencia de un problema que va paralelo al cambio de terminología –de «cambio climático» a «crisis climática» y a la «emergencia climática»–.

Aunque de forma menos contundente que en Nueva York, los medios no se libraron de críticas. Algunos participantes les pidieron autocrítica por sus posturas en el debate de la gestión de residuos en Gipuzkoa o que acompañen los datos sobre el PIB y resultados de empresas con su impacto climático.