GARA
LAMPEDUSA

Salvini amenaza a las ONGs tras el arresto de la capitana del Sea Watch

El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, amenazó con multas, arrestos e incautaciones a los barcos solidarios Open Arms, de Catalunya, y Alan Kurdi, de Alemania. Carola Rackete, capitana del barco Sea Watch, permanece bajo arresto tras desembarcar en Lampedusa, acusada por Salvini de cometer un «acto de guerra».

El Gobierno Italiano ha declarado la guerra a la migración. En setiembre de 2018, el Consejo de Ministros aprobó el «Decreto Salvini», un decreto que recogía una batería de directrices que limitan la protección de los migrantes vulnerables y facilitaba las expulsiones. Era la baza o paquete político con el que el vicepresidente italiano y ministro del Interior, Matteo Salvini, se presentó a las elecciones del mismo año en las que la Liga Norte emergió como la principal fuerza política. Ganó por mayoría simple en la Cámara de Diputados y en el Senado, mientras que el Movimiento 5 Estrellas, liderado por Luigi Di Maio, se convirtió en el partido más votado.

Además de contra los migrantes, el Gobierno italiano es defensor de la mano dura contra las organizaciones humanitarias que salvan a estos en el Mediterráneo. El pasado 11 de junio, el Consejo de Ministros italiano aprobó un decreto que prevé multas de entre 10.000 y 50.000 euros a las ONG que entren, transiten o atraquen en aguas territoriales italianas. A la espera de su aprobación en el Parlamento, la norma ya ha sido bautizada como «Decreto seguridad bis», por ser un decreto ideado por el propio Salvini, que ya aprobaron ambas cámaras.

La mano de hierro contra las ONGs y migrantes ayer subió un grado más con la detención de la capitana del barco de la ONG Sea Watch, Carola Rackete. Cansada de promesas sobre una rápida solución para los 40 migrantes que tenía a bordo desde que fueron rescatados en un bote hinchable frente a Libia, después de 17 días bajo temperaturas tórridas y sin tener otras opciones porque Italia negaba el desembarco, la capitana decidió poner rumbo a puerto desoyendo las órdenes de detenerse.

Solución que no llega

Rackete atracó el barco por sorpresa hacia las 01.50 hora local (23.50 GMT) en el muelle comercial de Lampedusa y durante la operación chocó contra una patrullera de la Guardia de Finanza (Policía de fronteras italiana) que intentó obstaculizar su entrada. La capitana fue arrestada posteriormente y conducida al cuartel de la pequeña isla, acusada de los delitos de resistencia y violencia ante un buque de guerra, lo que conlleva penas de hasta 10 años. Ya estaba siendo investigada con anterioridad «por favorecer la inmigración ilegal». Desde ayer se encuentra bajo arresto domiciliario, a la espera de un posible traslado a Sicilia.

«Me están investigando y mientras tanto me dicen que no nos ayudarán a que desembarquen los náufragos. Esto quiere decir que estamos aún esperando una solución que no llega. Por eso, hemos decidido entrar de noche en el puerto, que ahora está libre», explicó la capitana en un vídeo en Twitter antes de entrar en Lampedusa. De 31 años y de nacionalidad alemana, Rackete se ha convertido ya en un icono para multitud de activistas y personas solidarias de todo el mundo.

Cascada de amenazas

También descendieron del barco los cinco parlamentarios italianos (Davide Faraone, Graziano Delrio, Matteo Orfini, Nicola Fratoianni y Riccardo Magi) pertenecientes al Partido Demócrata (PD), Izquierda Italiana (SI) y +Europa que habían subido a bordo este jueves para trasladar su solidaridad a la tripulación.

Salvini aplaudió la detención de la capitana Carola Rackete, a quien acusó de poner en peligro las vidas de agentes italianos al embestirles cuando en el puerto de Lampedusa. «Esta noche se ha visto el comportamiento criminal de la comandante del barco pirata, que ha intentado aplastar contra el muelle del puerto de Lampedusa a una patrullera con la tripulación a bordo, poniendo en riesgo la vida de los agentes. ¡Delincuente!», señaló Salvini en su cuenta de Twitter.

Con la arriesgada decisión de la capitana del Sea Watch terminó la odisea de los 40 migrantes a bordo, entre ellos dos menores no acompañados, y que ahora serán repartidos entre varios estados miembros de la Unión Europea que se mostraron dispuestos a dar acogida a los refugiados.

No obstante, la lucha de Matteo Salvini prosigue contra los migrantes que por causas de las guerras, económicas o sociales dejan su lugar de residencia u origen y tratan de cruzar el Mediterráneo en busca de un futuro incierto, en una Europa que no los quiere.

Así, el líder ultraderechista también advirtió a los barcos Open Arms, de la ONG del mismo nombre, y al Alan Kurdi de la alemana Sea-Eye, que se dirigen al Mediterráneo Central. Les advirtió de las consecuencias, multas, incautaciones y arrestos que conlleva desobedecer a las autoridades. «Hay otros barcos de dos ONG, una alemana y una española, que están navegando hacia el Mediterráneo. ONG avisadas,. Multas, incautación de la embarcación, prohibición de ingreso en aguas territoriales y en caso de desobediencia, el arresto», señaló Salvini en uno de sus habituales directos en Facebook. «El Open Arms y el Alan Kurdi parece que se están acercando a Libia. Creo que ya habéis entendido como funciona Italia, donde finalmente hay un Gobierno que hace que se respeten las leyes. Y ya no nos toman por tontos», agregó.

El ministro de extrema derecha también advirtió que su «paciencia se ha agotado». y que «utilizará todos los medios legales a su alcance para detener a todos los barcos ilegales que ponen en peligro a docenas de migrantes al servicio de un sucio juego político».

En este sentido, cabe recordar que desde el pasado 14 de junio el Gobierno italiano ha aprobado decretos que cierran sus puertos a los buques de rescate de migrantes, a quienes ha amenazado con imponerles multas de hasta 50.000 euros, además de la incautación del barco.