«Mi juego es correr, chocar y no dar un balón por perdido, encaja con el estilo de Osasuna», ha sido la tarjeta de presentación de un Chimmy Ávila al que un gran número de aficionados esperaban a las afueras de la sala de prensa de Tajonar para fotografiarse con él.
Insistido sobre si esas características le van a servir para ser un ídolo de la grada, el ex de San Lorenzo ha señalado que «eso hay que demostrarlo cuando se entra al campo, partido a partido», aunque ha reconocido que dio orden a su agente para inclinarse por la oferta rojilla «porque es un club en el que siento que la gente me va a querer mucho».
Ha admitido tener otras posibilidades –«todavía me siguen llegando ofertas»–, pero ha optado por Osasuna, «porque lo he seguido, es un equipo ganador, que lucha, que nunca se da por vencido, que no fue casualidad los puntos que sacaron en casa y hay que tratar de seguir con esa racha. Es impresionante lo que aquí alienta la gente y pienso que va a ser inolvidable jugar de local y defender esta camiseta».
Se ha mostrado sorpendido por las muestras de afecto que le han llegado vía redes sociales desde el momento en que se anunció su fichaje por la escuadra navarra, algo que «solo se agradece con actos dentro del campo en cada partido y balón que vaya a disputar».
Por su parte, Braulio Vázquez, director deportivo de Osasuna, se ha mostrado satisfecho por la incorporación del rosarino, pues «más allá de los golazos que marca, ha nacido para jugar en este club, lo da todo en la cancha y este es el sitio ideal para crecer como persona y como futbolista. Todavía no ha tocado techo y cuadra perfectamente con la filosofía de los jugadores que buscamos».
Como anécdota, el técnico gallego no solo ha correspondido con la predisposición del jugador y su entorno, sino que también ha hecho extensivo su agradecimiento al vecino de Chimmy Ávila en Argentina, «por disponer de una impresora a altas horas de la madrugada para que pudiera firmar» el que será rojillo durante las cuatro próximas temporadas.