El grupo de los siete aterrizará en una Lapurdi militarizada
El Grupo de los Siete llegará a tierras vascas el próximo sábado 24 y partirá el 26. Pero no son solo las siete potencias y sus acompañantes los que trastocarán la vida, el transporte, el comercio, la vida cultural… de la costa labortana, Irun y sus alrededores. Desde hace días se dejan notar controles, militares en las montañas, furgonetas negras aparcadas en lugares turísticos…
Durante tres días, desde el sábado al lunes próximos, en Biarritz se tomarán decisiones que tendrán efecto sobre gran parte de los ciudadanos y ecosistemas del mundo, pero a eso hay que sumarle otro coste en la pequeña esfera vasca que tanto depende del turismo estival.
Las siete potencias se reúnen y, junto con ellas, otros países con menor influjo, también quieren estar ahí. El poder tiene que ser blindado, por lo que miles de policías, militares y guardaespaldas ocupan ya el litoral vasco. El imperialismo capitalista y machista también es criticado, y las voces contrarias quieren hacerse oír y estarán entre Baiona e Irun la semana próxima.
El alcalde de Biarritz, Michel Veunac, se ha mostrado siempre receptivo a la cita, y ha declarado en repetidas ocasiones que es una oportunidad para que la ciudad balnearia e Ipar Euskal Herria se den a conocer en el mundo. La ciudad acogerá a algunas de las personas más poderosas del mundo, algo que sin tanto revuelo lleva haciendo desde hace décadas, por no decir siglos.
El asunto es algo diferente en lo que corresponde al sur labortano. La imposición de la cumbre alcanza también Hendaia e Irun, pero allí la acogida ha sido bastante más fría. Cuando el pasado martes el delegado del Gobierno francés, Eric Spitz, se presentó ante la prensa, se atribuyó el trabajo realizado para «convencer» a ambos alcaldes de que acogiesen la contracumbre en sus localidades. Algo que cuesta creer al oír el claro mensaje que ha repetido numerosas veces y en todos los medios de comunicación que han querido darle la palabra, incluido GARA, el alcalde hendaiarra, Kotte Ecenarro: «El prefecto me dijo exactamente que no tenía otra opción que aceptar la decisión».
Los efectos que tendrá esta cumbre impuesta son amplios y muy variados. Pero hay dos principales: la dificultad y, en algunos casos, incapacidad de desplazarse a través de la costa, y el consiguiente cierre o cancelación de locales, servicios comerciales, sociales, culturales…
Han sido numerosas las informaciones que han ido llegando sobre las restricciones que habrá a la hora de trasladarse de un lugar a otro. El Ayuntamiento de Baiona ha abierto un apartado sobre información práctica de cara a la cumbre en su página web. Se procederá al cierre de algunos servicios públicos, los mercados, las estaciones y paradas de autobús, y se limitará la circulación y el aparcamiento en zonas restringidas, como el centro. Las limitaciones reunidas en la página de la capital también se pueden ver en otras localidades colindantes.
Tráfico y transporte público
La circulación y sus restricciones son la mayor preocupación de los habitantes, incluso de aquellos que viven más allá de las ciudades que acogerán la cumbre o la contracumbre. Las limitaciones serán grandes, pero lo que más afectará a la gran mayoría que vive fuera de la zona que las padece serán los controles. Se implantarán en todo el litoral, y, por supuesto, en el paso del Bidasoa, tanto por la autopista como por la carretera. Unos controles que ya se han reforzado estos últimos días.
La zona de BAB (Baiona, Angelu y Biarritz) será por supuesto la que más notará las consecuencias debido a las limitaciones de paso. Será tan difícil circular por esa zona que el Estado ha negociado para que el tramo de la autopista entre la entrada de Baiona sur y la de Biarritz sea gratuito.
Además de las dos zonas de alta seguridad del centro de Biarritz, varias carreteras estarán cerradas para uso público en la misma ciudad, en Baiona y en Angelu.
Incluso los autobuses públicos han cambiado varias de sus líneas para amoldarse a estas restricciones. Ninguno llegará hasta las zonas denominadas roja y azul, nombradas así por los niveles de las restricciones de acceso, tan solo permitidas a habitantes y comerciantes.
El aeropuerto estará cerrado. Tan solo los vuelos de las 24 delegaciones extranjeras estarán autorizados. Las estaciones de tren de Biarritz, Baiona, Getaria, Bokale y la de Bizkiak de Hendaia estarán también clausuradas, así que la estación principal de la costa labortana será la de Donibane Lohizune.
En la zona de la contracumbre también habrá algunos cambios, pero en su gran mayoría serán como consecuencia de la manifestación que se celebrará el sábado entre Hendaia e Irun.
El paso de la autopista de Biriatu, en ese fin de semana clave de la Operación Retorno, ha llevado a varias instituciones a lanzar campañas desde hace varias semanas para instar a utilizar otras vías alternativas. El Estado español, Portugal y Marruecos se han implicado. En el caso del Gobierno de Lakua, incluso ha pedido a sus habitantes que si no es necesario eviten cruzar el Bidasoa a través de esta zona costera. Y el navarro anuncia un dispositivo de atención especial de la Policía Foral en la carretera transpirenaica alternativa por Erro, Eugi y Luzaide.
Turistas y comercios
Estas restricciones han asustado a los turistas, que escaparán en masa tras este pico que ha representado el largo fin de semana del 15 de agosto. A estos grandes consumidores ausentes habrá que sumarles los autóctonos que, por evitar colas y controles, se prevé que se quedarán en casa. Hay comercios que han comunicado ya que directamente cerrarán durante esos días. Serán muchos en Biarritz, pero también en Baiona y Angelu. Los que ofrecerán servicios de cara a la cumbre o los de alta gama de la zona restringida se han mostrado contentos, pero, a pesar de que se ha tratado de darles eco en ciertos medios, se trata de una minoría.
También algunos mercados cerrarán sus puertas, como es el caso del de Quintau de Angelu, el de artículos usados y el de los productores de Baiona. Por el contrario, el de Biarritz seguirá abierto, a pesar de encontrarse en la zona 2, que tan solo permite el paso a residentes y comerciantes con pase.
Aunque las dificultades serán evidentes, también se ha decidido mantener abierta la zona comercial de la Chambre d'Amour. En este caso, la restricción afecta al aparcamiento, ya que el lugar está reservado hasta el 26 para los automóviles policiales.
Cultura y servicios públicos
El mundo cultural también se verá afectado por esta cumbre internacional. La gran mayoría de los espectáculos y conciertos previstos en la zona del BAB han sido cancelados, pero en localidades más lejanas como Senpere también impacta. El concierto previsto por la Quincena Musical Itinerante el domingo 25 de agosto ha sido cancelado.
Por lo que respecta a los museos, el Asiática de Biarritz estará cerrado, al igual que el Museo Vasco de Baiona. En cambio el Aquarium de la ciudad balnearia se mantendrá abierto, a pesar de encontrarse dentro de la zona B de gran restricción. Al igual que en el caso del mercado, se percibe aquí el interés municipal por aparentar normalidad, aunque es difícil imaginar quién se acercará al museo del mar esos días.
Las personas que necesitan ayuda domiciliaria en casa, en las zonas restringidas de Biarritz, no podrán acceder a ella todos los días. Incluso la funeraria que se encuentra en la ciudad tratará de acoger lo mejor posible a los allegados de las personas que fallezcan, pero está previsto que cierren el día principal, que será el domingo.
Sábado, domingo y lunes serán los tres días que pondrán Lapurdi patas arriba, sin olvidar los días precedentes, que se presentan ya con una contundente programación. Durante esos días entre 5.000 y 6.000 personas ligadas a las 24 delegaciones estarán en la zona del BAB. Los militares que –dentro de la operación Sentinelle– tratarán de evitar ataques están ya desplegados en las montañas y, con ellos, los incontables miembros de cuerpos policiales que, antes de su llegada, ya están suscitando rechazo, como el que ha llevado a llamar a una concentración en Uztaritze el domingo, para protestar por que miembros de la Policía francesa dormirán en el liceo San Joseph.
Antes de los mandatarios, llegará la contracumbre (miércoles, jueves y viernes), a la que seguirá la manifestación y las «concentraciones insumisas» del domingo. Habrá que sumarles otras acciones, que se esperan no violentas, y que tendrán lugar en un Lapurdi confinado policial y militarmente.