Los mandatarios del G7 se citan esta tarde en un búnker llamado Biarritz
Biarritz ya es territorio vedado para visitantes ajenos al G7 y las carreteras colindantes ponen a prueba la paciencia de los conductores. Sin embargo, podría ser peor el lunes, cuando se levanten las restricciones y miles de transportistas quieran pasar a la vez por un embudo.
Arenales vacíos peinados palmo a palmo por la Policía y calles cortadas a cal y canto daban ayer la medida de cómo va a acoger Biarritz esta tarde la cumbre más elitista del planeta. Durante todo el fin de semana, y hasta que los jefes de Estado y de Gobierno del G7 regresen a sus países junto al resto de invitados y sus séquitos –hasta un total de 7.500 personas–, va a ser tarea imposible acceder a la localidad biarrota salvo para residentes y personal acreditado.
Eso será el lunes por la tarde. Mientras tanto, ayer seguían abiertas las especulaciones sobre la hora y el lugar en el que van a aterrizar los protagonistas, con especial atención para Donald Trump, que ayer mismo vivió un nuevo rifirrafe con las autoridades chinas en el enésimo episodio de la guerra comercial entre ambas potencias.
«Caos monumental» el lunes
Y casi en pie de guerra están también muchas de las personas que se han visto afectadas por las restricciones en materia de tráfico a causa de la cumbre. Ayer fueron los transportistas quienes clamaron contra unas medidas que consideran desproporcionadas e injustificadas.
Así se refirió al menos la federación estatal de asociaciones de transporte Fenadismer respecto a la decisión de la Ertzaintza de prohibir el tráfico de camiones en las principales carreteras de Gipuzkoa entre las 6.00 horas de esta mañana y las 18.00 del lunes. En un comunicado, esta federación indicó que más allá del perjuicio económico que va a acarrear esta medida, también ocasionará previsiblemente un «caos circulatorio monumental» el próximo lunes por la tarde, una vez que se levante la restricción, dado que se habrán acumulado varios miles de camiones durante los tres días de prohibición de circulación.
En concreto, las nuevas restricciones prohíben salir a la vía a todos los camiones de más de 7,5 toneladas por la N-1, A-15, N-121 y A-8, a su paso por Gipuzkoa, entre las 6.00 horas de hoy y las 18.00 horas del lunes. Sólo podrán pasar excepcionalmente los vehículos que transporten mercancías perecederas, combustibles y animales vivos.
En este sentido, Fenadismer considera «irracional» que la Ertzaintza no vaya a respetar las “ventanas de paso” para camiones que sí están aprobadas por el Gobierno francés entre las 20.00 de hoy y las 08.00 horas de mañana, y desde las 20.00 horas de mañana hasta las 11.00 de la mañana del lunes, a fin de descongestionar las vías durante la madrugada.
Además, hasta las 19.00 de hoy están previstas en Nafarroa limitaciones a los vehículos pesados en la N-121-B y N-135, lo que deja un contexto complicadísimo no sólo para los transportistas sino también para quienes deberán compartir las carreteras con ellos el lunes.
Y en esta tesitura, el ministro del Interior español, Fernando Grande-Marlaska, apeló a la «corresponsabilidad» de la ciudadanía, a la que pidió que cambie de itinerario y evite el paso entre Irun y Hendaia. En declaraciones a la Cadena Ser, calificó la situación de «un poco compleja», pese a que afecta de lleno al día a día de miles de personas.
Asimismo, el ministro insistió en señalar la posibilidad de que se produzcan hechos violentos durante la manifestación de hoy, a pesar de contar con todos los permisos legales y de que tiene un carácter pacífico.
Los que no tuvieron problemas para protestar en la villa biarrota fueron... los policías
Mientras Biarritz está cerrada a cal y canto y la manifestación contraria a la cumbre ha sido desplazada 30 kilómetros al sur, hasta Hendaia, casi sobra decir que los sindicatos policiales no encontraron problema alguno para sacar a la calle sus reivindicaciones en la misma villa que acoge la cumbre, ayer tarde. Finalmente no hicieron una movilización al uso, eso sí, sino que optaron por lo que denominaron «barbacoa de la ira»; una concentración con aperitivo incluido para trasladar al Gobierno de Macron que quieren mejores condiciones laborales y salariales.
Frente a ello, el rigor de las instrucciones policiales quedó claro en un par de incidentes públicos: la interceptación a gritos de un conductor de furgoneta por parte de policías franceses, en un vídeo que circuló por la tarde, y el corte por la mañana del puente de Santiago al detectarse un par de paquetes que resultaron sospechosos (fue una falsa alarma).
Gran parte del operativo, con todo, tiene marcados tintes propagandísticos. La palma se la llevó la aparición en los informativos de TVE de agentes de la Guardia Civil camuflados con arbolado en puntos de monte por los que se puede pasar la muga desde Nafarroa.
La Ertzaintza es el cuerpo que de momento mantiene una presencia menos visible, aunque el Departamento de Seguridad ha asegurado que va a movilizar a 4.000 agentes, lo que supone más del 50% de su plantilla. No ha especificado qué misiones concretas se le han otorgado en este G7 cuya sede queda fuera de la circunscripción de la Policía autonómica. La consejera Beltrán de Heredia apuntó a que esperarán en la muga por si les llaman.GARA