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VIENA

La AIEA constata que Irán ha excedido con creces el límite de reservas de uranio enriquecido

La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) ha indicado que Irán ha seguido enriqueciendo uranio por encima de las cantidades y la pureza pactados en el acuerdo nuclear de 2015, que comenzó a incumplir el pasado mes de julio en respuesta a la decisión de EEUU de desvincularse del acuerdo e imponer sanciones económicas.

El presidente iraní, Hassan Rohani, durante una visita a unas instalaciones nucleares. (AFP)
El presidente iraní, Hassan Rohani, durante una visita a unas instalaciones nucleares. (AFP)

Irán mantiene su intención de desvincularse progresivamente del acuerdo nuclear hasta que reciba garantías de sus socios internacionales, los europeos en particular, de que podrá entablar con ellos una relación comercial a pesar de la amenaza de Estados Unidos, que se retiró unilateralmente del acuerdo y restauró unas sanciones que han deteriorado la economía iraní.

El pasado 19 de agosto, Irán acumulaba ya 357 kilos de hexafluoruro (UF6) de uranio enriquecido, 57 por encima del límite establecido en el acuerdo cerrado para asegurar que el país no tenía intención ni capacidad de desarrollar armas atómicas, señala un informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).

El documento, de carácter restringido y citado por la agencia Efe, afirma también que Teherán ha seguido enriqueciendo uranio por encima de la pureza del 3,67% que el acuerdo marca como tope.

Las reservas iraníes de ese combustible nuclear eran, a esa fecha, de 320 kilos de UF6 con una concentración hasta el 3,67%, y otros 37 con un máximo del 4,5%.

Esa pureza está por debajo del 90% necesario para que el uranio pueda alimentar una bomba nuclear, e incluso del 20% al que llegó Irán antes del acuerdo.

Por lo demás, la República Islámica mantiene paralizado su programa de agua pesada y la construcción del reactor de Arak, que habría servido para elaborar plutonio, otro combustible de doble aplicación, tanto civil como militar.

El acuerdo de 2015 fue negociado durante meses por Estados Unidos, Rusia, China, Alemania, Estado francés y Gran Bretaña con Irán, y puso fin a más de una década de conflicto diplomático por el programa atómico que Irán ocultó durante una década larga y sobre el que había sospechas de una intencionalidad militar.

A cambio de limitar el tamaño y la intensidad de sus esfuerzos nucleares y de aceptar un estricto régimen de inspecciones y controles de la  AIEA, Irán vio cómo se levantaban paulatinamente las sanciones que minaban su economía.

Con la llegada a la Casa Blanca del presidente Donald Trump, que calificó el tratado de «el peor acuerdo», Estados Unidos regresó a la política de «máxima presión» y se salió del pacto en 2018, dice que quiere renegociarlo e incluir cuestiones ajenas a lo nuclear, como el veto a que Irán desarrolle misiles balísticos, y mientras tanto ha vuelto a imponer sanciones a Teherán.

Irán argumenta que seguirá incumpliendo mientras los países europeos firmantes del pacto no establezcan mecanismos para aliviar las sanciones de EEUU, especialmente en lo que se refiere a la venta de su petróleo. 

La cuestión iraní ha sido uno de los temas que ha marcado la cumbre del G7, celebrada el pasado fin de semana en Biarritz, entre otras razones por la inesperada visita del ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, en pleno debate político por la continuidad o revisión del acuerdo nuclear suscrito en 2015 y que Trump sigue tachando de «ridículo».

Trump aseguró estar dispuesto «si las circunstancias son las correctas», a reunirse con el presidente iraní, Hassan Rohani, tal y como propuso el anfitrión francés, Emmanuel Macron, aunque ha insistido en que él nunca habría firmado el acuerdo de 2015 tiene «buenas sensaciones» sobre la posibilidad de lograr algún tipo de acuerdo.

Para el mandatario estadounidense, las líneas rojas pasan por garantizar que Irán no obtenga armamento atómico, que ponga fin a las pruebas de misiles balísticos y ampliar las obligaciones de un hipotético acuerdo «a un periodo más largo de tiempo».

En cuanto a una posible compensación estadounidense a Irán por las sanciones, Trump se ha cerrado en banda a esta opción.