El nuevo Gobierno del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y el Partido Demócrata (PD), con Giuseppe Conte como primer ministro, nació oficialmente ayer en Italia con la asunción por parte de los grillini del europeísmo y de un giro hacia el centroizquierda, concretamente hacia las posiciones de una formación, el PD, tildada en su día por sus ahora socios como el «Partido de la Élite».

Los ministros juraron su cargo ante el presidente de la República, Sergio Mattarella, en la sede de la Jefatura del Estado, y justo después celebraron su primer Consejo de Ministros, en el que aprobaron el nombre del ex primer ministro socialdemócrata Paolo Gentiloni para candidato a comisario europeo.

Una decisión que demuestra el respeto que este Gobierno tendrá por las instituciones comunitarias, pues Gentiloni ha sido siempre un gran defensor de la pertenencia de Italia a la Unión. Y que confirma el giro hacia el centroizquierda clásico del nuevo Ejecutivo, ya que el aristócrata Gentiloni es presidente del PD y fue ministro de Exteriores en el Gobierno Renzi, a quien sustituyó tras su renuncia en 2016 y hasta 2018.

A su vez, el nombramiento de Roberto Gualteri como ministro de Economía refuerza ambos perfiles. No en vano el actual eurodiputado por el PD es presidente de la Comisión para Asuntos Económicos del Parlamento de Estrasburgo. Su nombramiento ha sido saludado por la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde.

Un PD de peso

La elección de Dario Franceschini, único ministro del PD que repite, como titular de Cultura es a su vez un aval a la coalición. Y es que el que fuera responsable de una importante y saludada reforma del sector cultural público ha sido uno de los defensores de mantener los puentes entre ambas formaciones, más allá de los insultos y descalificaciones, promovidas especialmente por el movimiento de Beppe Grillo.

Asimismo, la cartera de Transportes pasa manos de Paola de Michelli, mano derecha del secretario general del PD, Nicola Zingaretti. Pese a que Franceschini se perfila como el ministro de más peso del PD dentro del Ejecutivo, De Michelli tendrá por delante la ardua tarea de gestionar la concesión de las autopistas y el TAV Lyon-Turín. Las desavenencias en torno a este proyecto entre el M5S, que aspira a dar marcha atrás y abandonarlo, y la Lega detonó la crisis de Gobierno en agosto.

El Ministerio de Defensa queda en manos igualmente del PD, concretamente de Lorenzo Guerini. Finalmente, Sanidad, que gestiona la friolera de 115 millones de euros, ha sido atribuido de la coalición Libres e Iguales (LeU), concretamente de Roberto Speranza, quien garantizará su carácter público frente a las veleidades privatizadoras. LeU es una escisión desde la izquierda, concretamente desde la socialdemocracia, del PD, coalición en la que se diluyó en su día el histórico PCI.

El peso del M5S

Todo ello no quiere decir que el M5S haya desaparecido del mapa. No en vano se reserva diez ministerios y entre ellos repiten el de Justicia, Alfonso Bonafede, y el de Medio Ambiente, Sergio Costa. La sustituta del líder del movimiento, Luigi di Maio, al frente de Trabajo es Nunzia Catalfo. Tanto esta cartera, encargada del proyecto de renta básica universal, como la de Desarrollo Económico, que asume el también grillini Stefano Patuanelli, son vitales para las expectativas electorales del M5S en el sur de Italia.

Di Maio, quien ha renunciado al cargo de vice primer ministro, ha accedido a regañadientes a dirigir Exteriores, ya que le permite mantenerse como uno de los pesos pesados del Gobierno.

Un Gabinete en el que la verdadera figura es Giuseppe Conte, a quien M5S y Lega auparon como primer ministro de paja pero que ha salido reforzado, en la arena doméstica e internacional. Y que ya ha comenzado a marcar su impronta al elegir como ministra de Interior a la técnica Luciana Lamorgese, quien ha anunciado que revisará la legislación de Salvini, pero no abrirá fronteras a los migrantes.