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DONOSTIA

El miércoles comenzará el juicio al tatuador acusado de abusar de 12 mujeres en Donostia

La Fiscalía pide contra el tatuador, que tenía su estudio en la Parte Vieja de Donostia, una pena de 21 años de prisión por catorce presuntos delitos sexuales cometidos contra doce mujeres.

Un tatuador que tenía su estudio en la Parte Vieja de Donostia se sentará desde este próximo miércoles en el banquillo de los acusados, imputado por catorce delitos de índole sexual presuntamente cometidos contra doce mujeres, la mayoría de ellas clientas suyas.

La Fiscalía pide una pena de 21 años y cuatro meses de prisión. La defensa, que ejerce la abogada Cristina Morcillo Buj, reclamará, por su parte, la libre absolución al entender que los hechos que se le imputan «no son ciertos» y «ni mucho menos adjudicables» a su representado.

En el caso también se encuentran personadas dos víctimas que ejercen la acusación particular, cada una en su propio nombre.

Según el escrito de acusación provisional de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Efe, los hechos, que se habrían producido entre febrero de 2013 y enero de 2018, serían constitutivos de tres delitos de agresión sexual, siete de abusos sexuales, tres de acoso y uno de coacciones.

El texto relata distintas situaciones de contenido sexual, la mayoría sucedidas en el estudio de tatuaje del procesado, aunque también en su domicilio e incluso en una escuela de tatuaje de la que era profesor.

Entre otras conductas, el escrito enumera supuestas frases obscenas dirigidas a estas mujeres, algunas de las cuales también habrían sido víctimas de tocamientos y besos en contra de su voluntad.

En su escrito de defensa, la letrada Cristina Morcillo Buj, mantiene que los hechos que se imputan a su cliente «no son ciertos», al tiempo que denuncia que durante la instrucción del caso se vulneró su derecho a «un proceso con todas las garantías» ya que faltaron por practicarse «diligencias esenciales».

La defensa lamenta, en este sentido, que «se hayan dejado fuera» de la causa «importantes conversaciones» de una aplicación de mensajería que, a su parecer, «podían haber dado una visión más clara de la relación del acusado con las presuntas víctimas».

La investigación del caso comenzó de oficio después de que una mujer colgara en su perfil de Facebook que había sido acosada sexualmente por un tatuador en un establecimiento de Donostia.

Posteriormente, la unidad de investigación de la Guardia Municipal recabó información a través de la colaboración ciudadana y comenzaron a registrarse nuevas denuncias, por lo que el 5 de febrero del año pasado se arrestó al tatuador, cuyo ingreso en prisión provisional fue decretado por el juez.