El Olympique Stadium de Lyon y San Siro en Milán seran los escenarios que esta tarde (18:55 horas) darán comienzo a una edición más de la Liga de Campeones. Serán por tanto los primeros campos en escuchar la melodía que compuso el compositor alemán Handel y que, tras pasar por la manos del arreglista inglés Tony Britten, se ha convertido en himno de la competición europea.
Arranca la cita más importante a nivel de clubes y a ella, como casi siempre, llegan unos cuantos con demasiadas urgencias. La elevación de los presupuestos, fundamentalmente por la cuantía de los fichajes y por los emolumentos de las estrellas, ha llegado a un punto en el que algunos equipos casi necesitan ganar la Champions para cuadrar las cuentas.
En esta tesitura se encuentran varios de los participantes. Para el Real Madrid es casi como su competición, la que le ha salvado muchas temporadas insustanciales en las que parecía que no iba a ser capaz de nada y terminaba ganándola. Da igual que haya sumado cuatro de las seis últimas ediciones, o quizás por eso, necesita de nuevo llegar hasta el final. La sangre que el Ajax le hizo en octavos está demasiado fresca.
Otro necesitado es el Barcelona. Tiene al mejor jugador del mundo, pero llevan desde la 14/15 sin ganar –su máximo rival ha sumado hasta tres desde entonces– y a Messi se le agota la paciencia. La pasada semana ya levantó la voz para decir que el Barça es su casa pero que, por encima de todo, quiere ganar. Hace diez días “El País” público que el astro argentino, según su contrato, se puede marchar el próximo mes de junio si ése es su deseo. Ya se han encendido las alarmas.
No menos apurado llega el PSG. Desde que en 2011 el club fue comprado por el multimillonario Nasser Al-Khelaifi, bajo el paraguas de Qatar Investment Authority –fondo de inversión soberano de ese país–, ni se sabe lo que ha gastado en jugadores y entrenadores para brillar en Europa. El último dispendio lo cometieron hace dos temporadas pagando 222 millones por Neymar, operación que ha resultado con el tiempo un nuevo fracaso. Como el Madrid, en la última Liga de Campeones se fueron en octavos.
Gastos similares ha asumido el Manchester City –aquí el dinero les llueve de Emiratos– para seguir sin brillar en Champions, aunque ganar la Premier da más prestancia que la Ligue 1. Guardiola lo niega públicamente, pero su dinámica de gastos solo cobra sentido brillando en el continente.
La Juventus, que se tiró un largo con Cristiano, quiere reverdecer lo que ganó en la 95/96 ante el Ajax, precisamente el que le echó en cuartos en la última edición. Para amortizar lo que costó y lo que cobra el portugués no les llega con ganar la Serie A.
En similar tesitura se encuentra el Bayern de Múnich, dominador habitual de la Bundesliga merced a su facilidad para tirar de talonario, pero que no termina de despuntar en Liga de Campeones. Solo falta que el Leipzig, uno de los últimos caprichos de los propietarios de Red Bull, le tome la delantera en Europa.
Nápoles-Liverpool.
Uno de los partidos más atractivos de la jornada de hoy es el que enfrentará en San Paolo (21:00) al Nápoles, un equipo muy competitivo, y al vigente campeón, el Liverpool, bloque al que Jürgen Klopp llevó la pasada campaña a tocar el cielo y que sigue en plena forma con el equipo colocado como líder aventajado de la Premier.
La jornada supondrá el regreso del Chelsea a la máxima competición tras ganar la última Europa League. Será contra el Valencia en su campo Stamford Bridge (21:00) con Kepa y Azpilikueta de salida.
Emparejamientos del Mundialito
El Monterrey mexicano debutará en el Mundial de Clubes de Catar el 14 de diciembre contra el ganador del encuentro entre el club local Al Sadd y el Hienghene de Nueva Caledonia, y si gana se enfrentará al Liverpool en semifinales.
La FIFA sorteó ayer los cruces de la competición, que se jugará en Doha hasta el día 21 y cuyo cuadro se completará con los ganadores de la Conmebol y la Liga de Campeones de Asia el 23 y el 24 de noviembre. Según el sorteo, la competición la abrirán el 11 el anfitrión Al Sadd y el Hienghene, campeón de Oceanía. El 14 jugará el ganador de éste y el Monterrey, campeón de la Concacaf, y el campeón de Asia contra el Esperanze de Túnez, campeón africano.
En semifinales, el campeón de la Conmebol jugará el 17 contra el vencedor del choque entre asiáticos y tunecinos y el ganador del cruce entre Monterrey y el clasificado del partido inicial (Al Sadd-Hienghene) contra el Liverpool.GARA