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La muerte de una mujer y de su hijo expone la emergencia del campo de refugiados de Moria

La muerte de una mujer y de su hijo en el campo de refugiados de Moria ha puesto de nuevo sobre la mesa las condiciones en las que viven más de 13.000 personas y ha llevado a las organizaciones humanitarias a lanzar un llamamiento «urgente» para atender a migrantes y refugiados.

Un refugiado trata de poner a salvo a su hijo en Moria. (Angelos TZORTZINIS/AFP)
Un refugiado trata de poner a salvo a su hijo en Moria. (Angelos TZORTZINIS/AFP)

La muerte de una mujer y de su hijo en el campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, ha puesto de nuevo sobre la mesa las condiciones en las que viven más de 13.000 personas y ha llevado a las organizaciones humanitarias que trabajan sobre el terreno a lanzar un llamamiento «urgente» para atender a unos migrantes víctimas del «colapso» de un sistema que no funciona.

El campo de Moria, una sucesión de tiendas y contenedores concebido en su día para albergar a 3.000 personas, acoge en la actualidad a cuatro veces más. Los cooperantes han denunciado en reiteradas ocasiones la saturación de la zona y la incapacidad del personal para hacer frente a las necesidades de los migrantes, entre los que hay más de mil menores no acompañados.

Un incendio en uno de los contenedores habilitados como vivienda y los disturbios que se desencadenaron a continuación han devuelto el foco a Moria, en un momento clave por el repunte en el número de llegadas a Lesbos y otras islas del Egeo. Más de 9.000 migrantes arribaron en agosto, una cifra sin precedentes desde la aplicación del acuerdo entre la UE y Turquía hace más de tres años, y en septiembre el dato ya supera los 8.000.

«Las condiciones siempre han sido terribles, pero se han deteriorado en los últimos meses», ha advertido la responsable de Incidencia de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Grecia, Sophie McCan, que ha repasado en una entrevista a Europa Press la situación de un campo donde hay un baño por cada 90 personas o una ducha para más de 200.

Los disturbios del domingo, ha añadido, no son sino un «resultado predecible» en un contexto donde miles de personas viven «sin seguridad, sin protección, en condiciones inhumanas». En este sentido, ha asegurado que los equipos de MSF han detectado en niños enfermedades cutáneas «directamente relacionadas» con las condiciones higiénicas del campamento".

El portavoz de ACNUR en Lesbos, Boris Cheshirkov, comparte esta preocupación, pese a la «calma» que parece haber vuelto este lunes a Moria tras unas 24 horas complicadas. «Obviamente, la gente está frustrada y enfadada», ha afirmado Cheshirkov, quien como McCan entiende que la desesperanza pueda estar cundiendo en una población atrapada.

La responsable de MSF ha señalado que «básicamente el sistema ha colapsado» en las islas griegas, donde no se estaría brindando un procedimiento de asilo adecuado o analizando las necesidades específicas de la situación más vulnerable. La mayoría, ha agregado, «no tiene absolutamente ninguna información sobre su futuro y están perdiendo la esperanza».

Trabajo de Zaporeak

Zaporeak es una de las organizaciones que trabajan en Moria, donde ofrecen 2.000 comidas diarias. Los responsables de este proyecto solidario han advertido de que «la tensión tan extrema que se vive en la isla es tal que llega a ser insostenible». «La isla de Lesbos no tiene espacio para seguir recogiendo a todos los refugiados que llegan semana a semana, casi mil. La isla está superpoblada, el campo de refugiados estaba acondicionada para 3.000 personas y ahora están sobreviviendo más de 12.000. Y, es que los gobiernos, no están por la labor de dar una solución viable a corto plazo», han señalado.

Lejos de proponer una solución humanitaria, las autoridades griegas han anunciado medidas para aumentar las devoluciones de migrantes a Turquía, hasta las 10.000 para el año 2020. Para ello, el Gobierno de Atenas endurecerá los controles fronterizos, aumentará las patrullas marítimas y establecerá «centros cerrados presalida para aquellos que han entrado a Grecia ilegalmente y no tienen derecho a asilo» o cuya solicitud sea rechazada.