Ana Isabel CORDOBES

La Casa de las Mujeres de Iruñea, un trabajo de construcción colectiva hecho realidad

Virginia Woolf abogó por que la mujer pudiera acceder a ‘un cuarto propio’, donde desarrollarse, en el libro homónimo. Ahora en Iruñea, y tras un proceso de participación en el que se han visto involucradas casi cien mujeres en las distintas fases, tendrán no solo una habitación, sino una casa propia: la Casa de las Mujeres, que se inaugura este martes 1 de octubre.

La Casa de las Mujeres de Iruñea inica su andadura.
La Casa de las Mujeres de Iruñea inica su andadura.

Cuarto propio y comida caliente para que la mujer sea independiente. Esas eran las dos peticiones que Woolf reclamaba en su libro. En este caso, contarán con un espacio con cuatro salas, un jardín y una asociación que cuenta hoy con cerca de doscientas socias.

El proceso participativo comenzó hace más de un año, tras las reclamaciones del colectivo feminista de Iruñea. «Fueron muchas las mujeres que salieron con la pancarta en varias ocasiones y se manifestaron frente al Ayuntamiento para pedir este espacio», recuerda María Malo, presidenta de la Asociación de la Casa de las Mujeres.

Las primeras piedras del proceso las pusieron «más de 30 asociaciones de mujeres», y después el proceso se abrió a más de «medio centenar de mujeres» que se implicaron a título individual en la construcción de la casa, apunta Malo. Y el grueso del trabajo de colaboración y cogestión con el Ayuntamiento se desarrolló entre el julio de 2018 y enero de 2019.

En ese tiempo, afirma, han trabajado «juntas, con ilusión, sin descanso», porque no olvidan la «agitada» fase reivindicativa en la que exigieron al Consistorio una partida presupuestaria para iniciar y mantener la actividad del lugar.

Malo además forma parte de otro colectivo que se define como «transfeminista, de mujeres lebianas, bisexuales y transexuales», Dekumas LBT. Precisamente esa diversidad de mujeres, de distintos orígenes, cultura, orientación sexual e identidad de género es lo que destaca la presidenta: «Este es un lugar donde se cuida y se cuidará la diversidad».

El trabajo de construcción colectiva se ha estructurado en varios grupos de trabajo: desde el grupo motor, el encargado de darle forma y avanzar en el proceso y que ha participado hasta «en la elección del color de las puertas», comenta.

También se estableció un grupo de comunicación, en el que se han sentado las bases de la información entre las socias y de cara al exterior o los grupos encargados de la gestión de actividades y de la inauguración. O grupos de seguimiento y de construcción colectiva, encargados de elaborar todos los trabajos previos y de reuniones con instituciones implicadas.

El proceso de la Casa de las Mujeres culmina, en cierto modo, con la inauguración del espacio. Pero comenzó en junio de 2018 con la petición en firme de un grupo de Construcción Colectiva de la Casa de las Mujeres y posteriores reuniones de facilitación y de participación organizadas por el Ayuntamiento de Iruñea.

Desde el principio, afirman, se partió del modelo de la cogestión. Un modelo que «tiene muchas ventajas», reconoce Malo, pero al que aún tienen que perfilar «algunos asuntos».

A partir de octubre comenzará la agenda de actividades con grupos de apoyo, charlas, formaciones en autodefensa o exposiciones y proyecciones.

Proceso Oasis

Una de las primeras actividades programadas será la puesta en marcha del proceso Oasis junto al Colectivo Urbanas. Un sistema de participación que se centrará en el jardín del edificio y que pretende involucrar a distintas socias para diseñar un espacio común en el exterior.

Las jornadas de trabajo alrededor del sistema Oasis se celebrarán del 10 al 15 de octubre y permitirán la creación de un espacio colectivo en el jardín de la casa.

Las actividades, afirma Nerea Jiménez, vicepresidenta de la Asociación de la Casa de las Mujeres, «están abiertas a todo el mundo», puesto que la Casa tiene una identidad además de feminista, «multicultural y global, donde todas las mujeres tengan oportunidad de aprender y empoderarse».

Cree Jiménez que este espacio «enriquecerá a la ciudad», y que «las mujeres ya necesitaban un lugar de referencia en la ciudad». Sobre la implicación del Ayuntamiento en este proyecto, valora «la apertura de la institución y el apoyo» recibido. «Se han abierto a la demanda que han realizado las mujeres de Pamplona», puntualiza.

Considera que «aunque la lucha haya sido sostenida en el tiempo», desde las primeras manifestaciones y peticiones formales al Consistorio, «el avance que se ha realizado ha sido muy rápido y los resultados han llegado enseguida», considera.

El modelo de cogestión les ha facilitado ese espacio, sito en la calle Agoitz, 9, antiguo Conservatorio Pablo Sarasate, un proceso de facilitación y participación y, por último, algunas herramientas en el día a día como la gestión de actividades. En este punto, destaca Malo, deberán hacer «modificaciones» puesto que el ánimo de la Casa es que esta sea «un espacio abierto, para todas, donde todas puedan participar» y el modelo de inscripción a actividades es aún, califica, «un poco rígido».

Por el momento se encuentran inmersas en los últimos detalles de la decoración, con murales en los que han participado un gran número de socias y donde cada una ha plasmado sus necesidades o deseos de cara a la inauguración. «Un lugar donde todas son bienvenidas», apunta Jiménez.

La inauguración «será el momento del impulso definitivo», según Malo, quien considera que «será un lugar vivo» donde «todas las mujeres podrán acudir y sentir que es su lugar».