Pello Guerra

El día que tocó por primera vez una banda civil llamada La Pamplonesa

19.00 horas del 11 de octubre de 1919. Un grupo de músicos empieza a recorrer las calles de Iruñea tocando una jota y un pasodoble publicitario muy conocido de la marca Zotal. Es la presentación en sociedad de una banda civil creada pocas semanas antes en un banco del paseo de Sarasate y que tiene por nombre La Pamplonesa.

Primera fotografía conocida de La Pamplonesa, realizada en 1920, un año después de su fundación.
Primera fotografía conocida de La Pamplonesa, realizada en 1920, un año después de su fundación.

Su actuación ha sido publicitada en la prensa local y son numerosos los iruindarras que acuden al evento para ver en acción, por fin, a una banda musical que no estuviera relacionada con el Ejército, una vieja aspiración de la ciudad. Y el momento es vivido con intensidad, ya que los congregados corean el pasodoble mientras acompañan a La Pamplonesa en su recorrido, inaugurando una costumbre de respaldo popular que se ha convertido en centenaria.

Al frente de ese grupo de jóvenes músicos, que no superan los 20 años y entre los que figuran estudiantes, empleados o jornaleros, se encuentra su director, Silvanio Cervantes, un pianista originario de la localidad de Astrain.

El éxito de esa primera actuación es recogido al día siguiente por la prensa local, donde se destaca que La Pamplonesa «recibió las ovaciones entusiastas del público» y que había tocado «alegres marchas llevando tras de sí numeroso gentío».

De esta manera comenzó el siglo de historia de la banda musical de Iruñea, según se recoge en el libro ‘100 años con La Pamplonesa, 100 urte zurekin’, obra de Luis Mari San Martín, Rebeca Madurga y Javier Maquínez.

En ese libro se explica la historia de la banda y cómo se había gestado ese 11 de octubre de 1919 que iba a resultar tan importante para la historia de la música en la ciudad. Todo comenzó con la celebración en Iruñea del Concurso Regional de Bandas de 1918, donde quedó en evidencia la carencia de una banda de música municipal en la capital navarra.

Por aquel entonces, de amenizar las calles de la ciudad y sus principales actos religiosos y políticos se encargaban las tres bandas de los regimientos de infantería del Ejército español acantonados en Iruñea. Animación musical no faltaba, pero los iruindarrras deseaban contar con una banda civil propia, una aspiración que se vio acrecentada con el citado concurso.

De hecho, poco después de su celebración hubo un primer intento por parte de algunos concejales del Ayuntamiento de crearla, pero fracasó y entonces es cuando los propios músicos de la ciudad se pusieron en marcha.

Al año siguiente, en agosto de 1919, se reunió en la Academia Municipal de Música un grupo de músicos a los que más tarde se unieron antiguos miembros de la Banda de Música de Los Exploradores, recientemente disuelta.

En ese primer encuentro, decidieron seguir madurando la idea al día siguiente, pero una orden superior impidió que se pudieran reunir en la Academia y por ese motivo se congregaron en un banco del paseo de Sarasate para continuar diseñando el proyecto. En ese lugar a pie de calle se fundó La Pamplonesa.

El siguiente paso fue conseguir un local para ensayar y que le cedió el Ayuntamiento iruindarra en las Escuelas de Compañía. Además, el Consistorio decidió concederle una subvención de mil pesetas y contratar a la banda para los próximos conciertos de verano, que se pagaban con dos mil pesetas.

Para tocar, reutilizaron instrumentos de la Banda de los Exploradores y el comerciante Arilla les concedió un préstamo para conseguir el resto.

Tras unos primeros ensayos, el 11 de octubre llegó el relatado estreno de la banda. El éxito fue tal, que tan solo un mes más tarde ya estrenaba una obra que le había compuesto expresamente el músico iruindarra Joaquín Maya, titulada ‘Euterpe’. De esta forma comenzó una tónica que sería habitual a lo largo de su historia: la presencia en su repertorio de obras nuevas.

Con la banda ya empezando a asentarse, el siguiente paso fue completar los instrumentos necesarios para los músicos y adquirir unos uniformes, que tuvieron un coste de 3.000 pesetas.

En 1920 llegó su primera presencia en los sanfermines, fiestas en las que es uno de los pilares fundamentales. En esa ocasión tuvo que alternar su participación con dos bandas militares, aunque destacó mucho el hecho de que actuara en tres actos muy relevantes acompañando a la Corporación municipal: las Vísperas, la procesión de San Fermín y la procesión de la Octava.

Esta preferencia del Ayuntamiento por la nueva banda generó un profundo malestar entre los militares, que veían relegados a sus músicos de los actos más señalados de las fiestas. Pero esa circunstancia no impidió que el Consistorio siguiera promocionando a la nueva banda civil de ahí en adelante.

Además, en esas fiestas de 1920, el 8 de julio ofreció un concierto a las 12.30 horas en el paseo del Bosquecillo del que se conserva el repertorio completo, según se recoge en el libro ‘100 años con La Pamplonesa, 100 urte zurekin’. En concreto, estuvo integrado por la marcha ‘Corporación’, de Cervantes; una selección de la ópera ‘Aida’, de Verdi; gran fantasía de la ópera ‘Tannhäuser’, de Wagner; y fantasía de la zarzuela ‘Las musas latinas’, de Penella.

De esta manera arrancaba una andadura centenaria en la que la banda ha contado con nueve directores y con numerosos músicos, cuyo esfuerzo a lo largo de un siglo ha sido indispensable para garantizar su continuidad.

En la actualidad, La Pamplonesa es uno de los grandes referentes musicales de Iruñea y, sobre todo, el más popular. La banda municipal realiza más de cincuenta actuaciones anuales y cada año interpreta más de cien obras distintas. Su archivo musical cuenta con más de 1.500 obras de concierto y unas 350 piezas de desfile, que integran un repertorio que hace las delicias de los iruindarras y de todos aquellos que visitan la ciudad, principalmente en sanfermines.