El Atlético de Madrid es quinto en la clasificación de la liga con 16 puntos, tres más que el Athletic, que es octavo. El Barcelona, líder, tiene 19. La clasificación está muy apretada con 18 equipos en apenas siete puntos de diferencia tras nueve jornadas. Espanyol con 5 y Leganés con 2, son los únicos que se han quedado descolgados.

La igualdad es máxima, pero en el Atlético de Madrid el ambiente está enrarecido con pitadas a jugadores en el campo. El entrenador Diego Pablo Simeone conoce a la perfección el terreno que pisa y mandaba un mensaje nítido en la previa ante el Athletic: «Afición, dirigentes, futbolistas y entrenador. Cuando las cuatro patas están fuertes, siempre nos fue mejor que peor».

Simeone ha defendido también a Koke, que fue pitado en el último partido de Champions, y afirmaba que a veces «quiere hacer más de lo que tiene que hacer».

En un discurso bien preparado añadía que «somos afortunados de tener la mejor afición de España. Los últimos tres partidos han ido 180.000 personas al estadio, algún día más contentos, algún día menos contentos. Nosotros somos los que tenemos que esforzarnos para que alguna situación mejore en cuanto a la respuesta que tenemos que dar en el campo».

Simeone tiene bien claro que lo importante son los tres puntos y señalaba que al Atlético le falta ser «más práctico, no tener más creatividad».

Siete derrotas y un empate

El Athletic no gana al Atlético en su casa desde enero de 2011 con un doblete de Toquero que le dio los tres puntos al equipo dirigido entonces por Joaquín Caparrós. Desde entonces, siete derrotas y tan solo un empate 0-0 en la temporada 2014-2015.

La visita al Atlético es una de las peores para el conjunto bilbaino. Mucho más desde que Simeone se hizo cargo del equipo. El entrenador argentino le tiene bien tomada la medida al Athletic. Todavía recordado por el pisotón en San Mamés a Julen Guerrero, habla del Bilbao cuando se refiere al conjunto rojiblanco.

Sabe cómo sacar de quicio al Athletic y a su afición. En la previa ha vuelto a elogiar a Raúl García diciendo que es «un chico muy entregado» que en el Atlético «se dejó el alma en cada partido y ha dado lo mejor de sí. Ha tenido su recompensa, le ha tocado ganar y competir muy bien con nosotros. En Bilbao lo está haciendo de una manera fantástica y es muy importante para su equipo».

La realidad es que el navarro nunca ha conseguido ofrecer su mejor nivel con el Athletic frente a su ex equipo. Su pundonor y competitividad está acreditada, pero por la razón que sea no ha cuajado buenos partidos ante el Atlético.

La temporada pasada fue suplente con Berizzo en el Wanda. El Athletic estuvo a punto de dar la campanada con dos goles de Williams. Rául García salió en el tramo final y el equipo encajaba en la última acción en una falta. Godín, que estaba cojo, aprovechó el despiste defensivo con un Raúl García, que quedaba en evidencia levantando la mano, cuando era el jugador que rompía el fuera de juego.