Unas horas tras el 10N han bastado para que PSOE y Unidas Podemos logren el acuerdo de Gobierno de coalición que no fue posible de abril a setiembre. Pedro Sánchez y Pablo Iglesias lo han firmado a mediodía en el Congreso tras un preacuerdo alcanzado el mismo lunes por sorpresa. Ahora les toca buscar los apoyos parlamentarios precisos para sacar adelante la investidura.
Es la primera vez que se conforma un Gobierno de coalición en el Estado español. Su composición solo se dará a conocer tras la investidura, según han dejado claro, pero tampoco pasa desapercibido que antes de la firma ha habido insistentes filtraciones que apuntan a Pablo Iglesias como vicepresidente del Gobierno.
Ello supone una rectificación por parte del PSOE, puesto que en las negociaciones de mayo le obligó a apartarse. Posteriormente Sánchez llegó a decir en una emisora que «no dormiría tranquilo» con una fórmula de este tipo.
Superadas las discrepancias, los dos líderes se han mostrado muy satisfechos al firmar el acuerdo y estrechar sus manos en el Congreso. Iglesias ha dicho expresamente que no es hora de «reproches».
Para el líder de UP, el pacto «combina la experiencia del PSOE y la valentía de Unidas Podemos».
Sánchez: «Legislatura, no investidura»
Pedro Sánchez, por su parte, lo ha calificado como «proyecto ilusionante que supera cualquier desencuentro». Ha asegurado que «será profundamente progresista». Y ha añadido que servirá «para cuatro años».
El aspirante a la reelección ha puesto énfasis en que el pacto nace con el propósito de abrirse a otras fuerzas políticas para hacer viable una mayoría estable que permita «no sólo una investidura, también una legislatura».
Ha avanzado que a partir de este martes el PSOE abrirá una ronda con el resto de los grupos para conseguir la mayoría parlamentaria precisa.